Las tormentas
Ahí estábamos. Los de siempre, en la playa. Mi hermano, rodeando con los brazos sus piernas flexionadas. Isa, con las manos apoyadas en la arena y la cabeza ladeada, Mario ligeramente recostado a mi lado, mientras Rai miraba al infinito con su mítico canuto en la mano. —Rai, tío, ¿te vas a clavar otra estaca?...