LA NIÑA

CAPÍTULO I

Mi hermano había muerto hace poco tiempo, papá y mamá estaban aún en duelo, tenían una gran tristeza en sus ojos y evitaban con desesperación sobrevivir. Mi padre empezó a beber licor con regularidad, mientras mamá pasaba largos periodos aletargados mirando al suelo, como si soñara despierta y en su sueño, pudiera aun mantener vivo a mi hermano James, y protegerlo.

James era un joven apuesto y codiciado, a sus 24 años ya había roto muchos corazones, y se regocijaba entre su éxito y popularidad, pero su alegría cambió totalmente después de regresar de la guerra. Papá odiaba la idea de que estuviera en la milicia, pero James era terco y se obsesionó con ese estilo de vida. Empezó a prepararse desde muy joven, tenía un físico envidiable para cuando postuló, y su entusiasmo era tal que más de uno quería abofetearlo por su prepotencia. Sin embargo, mi hermano era un hombre amable y caballeroso, y aun así jamás volvió a ser el mismo cuando regresó.

Con tanta tristeza en casa, era muy difícil para mí sonreír. Cuando tenía buenos días en la escuela a nadie parecía importarle, mucho menos cuando me sentía mal. Gané un premio en el concurso de poesía, un trofeo con forma de ángel cuya grabación decía: para Angela, por su gran creatividad, pero nadie se interesó en él. Yo entendía a mis padres, pero era tan difícil ser feliz así, también extrañaba a mi hermano y cada vez me sentía más y más sola. Era una adolescente sin amigos, nadie quería hablarle a la chica rara, con el padre alcohólico y la madre trastornada.

Una de las pocas tardes en que vi a mi padre sobrio, llegué temprano de la escuela y él estaba esperándome en el jardín, quiso alegrarme un poco así que había traído a casa consigo, un pequeño y adorable cachorro que encontróabandonado en un bar cerca de su trabajo. La historia que me contó fue que mientras estaba en un bar con sus amigos, tratando de relajarse un poco, el pequeño perrito se le acercó, lamió sus botas hasta llamar su atención y cautivo a mi padre con una tierna mirada, logrando que lo trajera a casa. Lo llamé Cramzy, era blanco, de pelaje ensortijado y un poco maltratado, lo adoré desde que lo vi, pero también supe desde su llegada que algo le pasaba, no ladraba, comía poco y no le gustaba jugar, parecía triste y perturbado.

Sus facciones caninas no cambiaban mucho mientras crecía, sin embargo su tamaño era algo anormal. Empezó a estirarse, pero no como el resto de cachorros, Cramzy era diferente. Sus patas traseras empezaron a aumentar de tamaño y poco a poco su pelaje en ellas desaparecía. Para mí era raro pero al resto de personas a mí alrededor no les admiraba, simplemente no tenían tiempo o razón para ocuparse de mi perro.

Los días siguieron pasando y con ellos los cambios de Cramzy, sus patas delanteras también crecieron un poco y su pelaje desaparecía cada vez más y más. Desde que llegó me acostumbré a que durmiera conmigo, él tenía su espacio a mis pies, incluso su propia manta, pero cuando empezó a cambiar, prefería que lo llevara a dormir en mis brazos y que lo acostara a mi lado, bajo las sábanas. Todo empezó a parecerme demasiado extraño y hasta intimidante, yo amaba a mi mascota pero no era normal, se lo conté a mamá pero como debí suponer no dijo nada, ni siquiera estoy segura de sí escuchó mis palabras o de si notaba como Cramzy cambiaba. Mi padre se fue de casa hace algunos días, no sabía cómo contactarlo y nadie se preocupaba de su desaparición, así que hice lo mismo.

Pensé que quizás sería algo temporal o nada malo de que temer, así que seguí llevando a Cramzy a mi cama como cada noche. Los cambios fueron graduales, Cramzy perdió todo su pelaje, y en su lugar empecé a reconocer piel, piel humana, en su cabeza estaba creciendo cabello negro y sus patas con garras se parecían cada vez más a unas manos pequeñas. Me asustaba mucho su silencio, su mirada triste y muy a menudo llena de ira y rencor, hasta que un día dejó de cambiar. Desperté y a mi lado dormía una pequeña niña, hermosa, de ojos grandes y negros, cabello negro y corto, una melena infantil y dulce, piel blanca, muy blanca y mirada tierna pero a la vez amenazadora.

No comprendo por qué eso no me asustó entonces, no le hablé a nadie más sobre mi perro que ahora era una niña pequeña a mi cargo, solo seguí como si nada, con mi vida normal, como si eso fuese normal. Ella era bastante persuasiva, siempre me hacía cargarla, quería dormir solo conmigo y siempre quería que hiciera todo lo que pidiera, en el fondo empezaba a asustarme su expresión controladora y llena de venganza, era lúgubre y poco amigable. Mi madre no se percataba de su presencia, o tal vez no le importaba que una niña extraña conviviera con nosotros, de todos modos la pequeña nunca decía nada, solo se quedaba allí mirándonos y escuchándonos como si la casa, mi casa, fuese de ella y todos estuviéramos a su servicio.

Empecé a buscar la forma de deshacerme de Cramzy, creí que si en verdad era mi perro podía abandonarla como muchos lo hacen con sus mascotas. Ella parecía leer mis pensamientos, sabía cuándo tramaba algo y me odiaba con sus ojos si así era. Ella hacía todo lo que quería en mi casa, y al final del día siempre terminaba dormida en cualquier lugar que no fuera mi cuarto esperando que yo la cargara y la llevara conmigo a mi habitación. Sentía mucho miedo por dormir a su lado, pasaron muchas noches en las que no cerré ni por un segundo mis ojos, temiendo que despertara y me hiciera daño, ella lo manipulaba todo.

Busqué una forma para abandonarla y al final pude dejarla fuera de casa, en un lugar alejado, la saqué de mi recámara mientras dormía, y sé que seguía dormida cuando me fui de ese sitio inhóspito y emético que escogí. Llegué a casa, me despedí de mi madre que parecía estar en trance, la abracé y fui a mi habitación. Sentí alivio al ver mi cuarto vacío, ahora por fin podría dormir, Cramzy, o lo que esa niña fuese ya no estaba.

Dormí profundamente esa noche, me sentí aliviada, pero algo dentro de mí me estremeció en la mañana. Desperté, y aún sin abrir los ojos me di vuelta y quise palpar el otro lado de mi cama en el que la niña dormía, solo para sentirme segura al saber que no estaba allí. Entonces sin abrir mis ojos estire mi mano izquierda despacio, mis dedos avanzaban temblorosos por la sábana hasta que toque un pañuelo, se sentía como un pañuelo, y recordé aquel que la pequeña Cramzy me ofreció cuando me encontró llorando en mi habitación, una noche en la que ella me vigilaba, le dije que lloraba por mamá, nunca le conté nada sobre mi hermano o sobre la historia que atravesaba mi familia, y mucho menos que la verdadera razón por la que lloraba era su presencia, estaba muy asustada y solo quería que se fuera pero no podía decírselo, sentía miedo de hacerlo.

Cuando rocé el pañuelo reaccioné agitada y asustada, yo sabía que lo dejé junto a ella cuando la abandoné, en ese momento abrí mis ojos y pude ver a Cramzy a mi lado mientras se abalanzaba extremadamente rápido sobre mi cuerpo, dejó su boca muy cerca de mi oreja, mientras sus ojos miraban profundamente los míos. En ese instante sentí como lamía mi oreja con una enorme lengua que sacó al abrir sus labios, mientras apretaba mi cara. Se veía solo como una niña pero tenía la fuerza de varios hombres corpulentos. Mientras lamía mi oreja despacio y forzosamente, me dijo entre susurros:

  • ¿Quieres volver a ver a tu hermano? Yo lo he visto, sé dónde está –

Y sonrió…


SINOPSIS

Angela es una adolescente de 14 años, con una vida difícil, una familia rota y traspasada por la pérdida de su hermano James, un soldado retornado con severos problemas y traumas mentales por sus experiencias de guerra. Su familia se desintegró y se volvió vacía luego del suceso, mientras ella en su corta y complicada edad perdía su alegría, y debía lidiar con sus dificultades, sola. Mientras sus padres no podían mantenerse en pie y perdían de a poco su matrimonio, Angela debía manejar su frustración, luego de que una extraña mascota llegara a su vida. La mascota se transformaba cada vez más en una escalofriante niña humana que manipula todo a su alrededor y solo Angela podía notarlo. Ahora la joven debe descubrir de dónde viene y qué quiere aquella entidad que asegura saber dónde está James.

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