Diario de Blanca.
2 de Abril de 1840.
Cuando el mar me llevó a mi nuevo hogar nunca creí lo maravilloso que sería conocer la tierra de donde provenían tantas historias que mi abuela me contó sobre como su padre logró comerciar con maderas casi negras, loros parlanchines y el delicioso cacao que bebíamos cada que el regresaba de ese nuevo continente verde y salvaje, casi indomable.
Al arribar al puerto pude asomarme a mirar el turquesa del mar, el salitre podía percibirse si tan solo tomabas una bocanada de aire, la arena era casi blanca, por lo cielos ¡había arena! Las playas rocosas de mi pasado ahora se quedarían tan solo en mi en mi memoria.
Rumbo a la casona que sería mi nuevo hogar el verde voluptuoso se asomaba por los caminos, había un olor dulzón en el aire como si la fruta fermentara por la tierra de tanta que producían los exuberantes árboles, mis ojos no podían con tanta belleza, no encontraba palabras para admirar este lugar y no entendía como mi madre no quiso venir, pero estoy feliz, mi hermano y su mujer vinieron a recogerme a la entrada de nuestra, si nuestra, mejor dicho mi hacienda, y que bien se siente decirlo, a bien mi padre atinó al dejarme algo realmente bello. Mi hermano vino por mí, esta tan bronceado y su mujer es muy bella, pero me dijo que no mencionara nada acerca de su mestizaje ya que al parecer es complicado pues la sangre aquí es muy delicada, hay muchas mujeres que ayudan en la casa, según mi hermano la mayoría son parientes de su mujer ya que el trato en otras haciendas es malo y prefieren estar cerca de su familia, cuando me abrazaron me dijeron que fuera a refrescarme y después bajara a cenar pues me presentarían a la mayoría de la gente del pueblo, para mi sorpresa mi vestimenta no era muy apta para estos climas yo me sentía muy incómoda, creo que estaba muy sonrojada pues una hermosa mujer de una piel sutilmente oscura, me dijo que la llevara a mi habitación y ahí ella llamo a mi ama de llaves y de inmediato me trajeron un hermoso vestido tan fresco que mi rostro cambió de inmediato.
Cuando baje de nuevo a la cena vi la mesa, tenía unos manteles de colores radiantes, había guisos que jamás habría imaginado, frutas, salsas, semillas, los olores se mezclaban y yo solo salivaba cada que llegaba un plato nuevo, diferentes carnes, verduras, todo era tan increíble que acabe más satisfecha que nunca en mi vida, este ha sido el mejor día de toda mi existencia, agradezco a mi abuelo que llegara hace cincuenta años a este lugar.
Octubre 2017.
Cuando Myriam leyó esa página jamás se había puesto a pensar seriamente en la comida, para ella siempre había sido algo casi automático y meramente cotidiano, nunca imaginó que su abuela Blanca probó las delicias de esta tierra hasta casi llegadas sus tres décadas de vida, Myriam lo hacía diario, comía fruta, chocolate, tortillas, se le olvidó el deleite que estos manjares le proporcionaba la vida a diario y que cuando era una niña la hacían volar de diferentes maneras, hoy Myriam se sentía muy afortunada, era casi un honor volver a paladear toda la exquisita comida que llegaba a su mesa, como fuera con tantas ideas en su cabeza se le hizo tarde para llegar a su clase y al entrar y sacar velozmente sus cuadernos no noto que un sobre viejo y casi amarillo voló por el pasillo entre las bancas de su compañeros, Tadeo su amigo se dio cuenta de esta acción y le paso el sobre en el más cercano silencio que pudo, Myriam lo tomo d manera rápida y lo abrió en es mismo instante era mucha su curiosidad.
5 de Julio de 1849.
Mi amada Blanca.
La gente comienza a hablar y tengo que irme con mi familia muy pronto, ya que como tu yo también tengo que cumplir mi deber de casarme.
Siempre te amó L.
Myriam quedó anonadada ¿acaso su abuela habría tenido aventuras de amor con otro hombre que un fuera su abuelo?, no sabía que pensar, así que volvió su mente a su clase presente y presto atención sin que nadie notara la sorpresa que corría por su pecho, se sentía casi feliz, ahora sabía que su madre no era la única que se había enamorado fuera de su matrimonio, una de sus abuelas había sido valiente y amo, al menos se atrevió a amar.
Myriam quería saber más de su familia, de esa mujer maravillosa que rompió estereotipos así que terminando sus clases fue directamente a la casa de su tía Daniela, esta había sido una paria para su familia, ya que su abuelo la desheredó al dejar al novio de toda la ida plantado en el altar, nadie sabía por qué y cuando dos años después volvió se veía excéntrica y nunca frecuentaba las fiestas ni las reuniones, Jenifer la madre de Myriam y su hermana gemela era la única que la amaba sin condición y la visitaba pero ahora con el tortuoso divorcio no tenía mucho tiempo de andar por la ciudad como antes. Así que partió a donde su tía, tocó tres veces el timbre, era una clave que tenían entre ellas, Daniela bajo de inmediato.
-Hola sobrina, hacía mucho no venias por acá.
-Hola tía vengo a preguntarte sobre los baúles de mi bisabuela.
Myriam le mostro la carta y su tía sonrió para sí misma,
-Mi niña, estos diarios y cartas cambiaron mi vida.
Sin dudarlo le entregó dos diarios más de su antepasada, la abuela Blanca y una caja de madera llena de cartas amarillas y polvosas, pasaron la tarde hablando y de pronto soñó el celular de Myriam, esa Jenifer, su madre quien le dijo que llegaría tarde pues las cosas en su oficina no andaban bien, Daniela se ofreció en llevarla, su sobrina acepto, antes de bajar de su hermoso y flamante auto último modelo Daniela le dijo que tenía que contarle algo y presentarle a una persona muy especial, que reservara el sábado ya que las llevaría a comer a ella y su madre a uno de sus lugares favoritos, Myriam se sintió importante, ella siempre amó a su tía, era como su amiga pero con el mismo rostro que su madre y sentía mucha conexión con esa otra mujer valiente que era parte de su familia, de su sangre.
Diario de Blanca.
5 de Abril de 1840.
Hoy me llevaron al mar al amanecer, yo he nacido para esto, el agua no solo chocaba contra mi cuerpo, tocaba mi alma, la gran madre en quien la gente oriunda de aquí cree se hace cada vez más presente en mi mundo, puedo percibirla, olerla, sentirla y escuchar cómo me habla, me llena de sus bendiciones sutiles y poderosas, la espuma del inmenso mar choca contra mis muslos y es electrizante , mi vientre sonríe cuando el viento aviva el agua, todo se vuelve vibrante, mis entrañas cantan , y no aquellas de la carne, sino las que se mueven en los recovecos de mis sueños, aquellos que quieren salvar a los náufragos llamados deseos, ellos que duermen en lo más profundo de mi cadera, se han vuelto con señales casi sonoras han renacido cada que tomo una bocanada de este aire y quieren ahogarse en lo más puro de este lugar que se llena de marañas verdes y voluptuosas frutas casi obscenas para quien las mira. Me lleno del mar porque su tono turquesa combina con los colores que salen de mi alma y su agitado vaivén de olas combina con las aguas agitadas de mi vientre, yo me siento más viva como si la flor palpitante de fuego que vive en mí se llenara de néctar dulce ¡Oh alimento de la vida! Me lleno de su gracia, esta tierra es mágica, hermoso mar no dejes que me muera lejos de ti, sin tu olor y tu selva latente que inunda mi corazón de amor a esta tierra.
Myriam de pronto recordó que tuvo una abuela europea que llegó a las costas de Mérida, gracias a su bendita tecnología busco en internet la fecha en que su abuela arribó a este país, se dio cuenta que en esa época las haciendas henequeneras estaban en pleno auge y que su abuela materna aún tenía unas propiedades en aquella ciudad. Lo que aún no entendía era la carta quería leer y seguir devorando aquel libro, pero su ansiedad pudo más y abrió otra carta al azar.
Puebla, Puebla a 10 de Febrero de 1850
Querida amiga Blanca.
Te envió mis más afectuosos saludos y reiterando nuestra amistad te mando mis más sinceras palabras, también agradezco que haya un nuevo tratado de paz, sé que los caudillos Florentino Chan y José Venancio Pec han tenido con el fin de terminar esta barbarie, espero estén bien tú y tu familia, envío esta carta con la esperanza de que llegue y puedas responderme y si algún día podremos vernos de nuevo, esperando con fervor el final de los días sangrientos que esta horrible guerra nos ha traído a todos.
Con mis más grandes afectos Louise de la Garza y Ramírez.
Cuando Myriam leyó esto quedó más sorprendida aun, ¿acaso su abuela había sobrevivido a una guerra? Buscó en su celular de nuevo los nombres de los caudillos y el año que venía escrito en la carta, efectivamente aparecieron ahí, al parecer su abuela sobrevivió a una de las guerras más importantes de su país, la guerra de Castas en Yucatán, una guerra de mestizaje, sangre, injusticias y horror, ahora más que nunca tenía nuevas preguntas, estaba conmocionada, ¿por donde seguiría, que podría descubrir que fuera de ayuda en su atolondrada vida de estudiante e hija asustada por un divorcio violento y largo?
Eran casi las dos de la madrugada y las llaves de la puerta se escucharon al fondo, Myriam corrió a recibir a su madre, la ayudo con los pesados libros que llevaba y puso agua a calentar.
-No te parece que es muy tarde Myri.
-Si ma, pero mi tía Daniela me dijo que te avisara que el sábado nos llevaría a comer, quiere decirme algo.
Jenifer notó el pequeño libro forrado en piel que llevaba su hija en la mano.
-¿Es tu tarea?
-No, es de la abuela europea.
-La que tus abuelos idolatran, ¿Qué dice?
-Creo que era una mujer aventurera y tenía un novio fuera de su matrimonio.
-Al menos no soy la única.
-Las mujeres valientes se atreven a amar.
– Y a hacer el amor con quien aman.
-Lo siento por papá, él se lo perdió.
Ambas rieron y tomaron un té de manzana con canela y charlas acerca de lo que Myriam descubrió aquel día, lo que las llevo a acostarse pasadas las tres de la madrugada. A la mañana siguiente Jenifer telefoneó a su gemela.
-Así que le dirás la verdad.
-Si hermana, la amo, merece saber, tal vez papá me exilió, pero ustedes son mi familia y eso jamás puede quitármelo.
-Lo sé, perdona por no visitarte.
-Perdóname a mí por no estar en el juzgado, pero sé que el socio de papa lleva tu caso y…
-Descuida, te amo.
-Te amo.
Myriam tenía una amiga llamada Luisa, era una chica muy hermosa, su raíz africana saltaba a la vista y la hacía moverse con la sensualidad de quien nace en ese continente misterioso y caliente. Cuando pudieron sentarse en las islas de la universidad a charlar, Myriam le contó sobre lo que había descubierto de su abuela europea, de las cartas que aún eran una incógnita y del poder que sentía cada vez que la imaginaba dejando su vida, su casa, su familia y su continente por una promesa de libertad y riqueza que le había hecho su abuelo cincuenta años antes. Luisa compartía su emoción a tal grado que le dijo que investigaría aquella guerra de castas, ninguna sabía que al indagar en esos aires se enfrentaban a un pasado oscuro y común que ambas compartían y que sus familias sepultaron hacía ya un siglo.
Diario de Blanca
15 de Abril de 1840.
Hay tanto que hacer en esta tierra húmeda y magnifica, al fin conocí a todos los trabajadores de la hacienda, tres cuartas partes de ellos son parientes de Mar, la mujer de mi hermano, ella me trata como su propia hermana, tendrá un bebé pronto y me ha llevado con sus tías, abuelas y primas a el lugar donde viven, esta todo entre la selva y ahí la vida es distinta, las casas son redondas, hay fuego siempre encendido dentro con el que cocinan, la comida es deliciosa, cuando entramos a una de las casas todas las mujeres nos sentamos en círculos en unos tapetes tejidos de palma, la madre de Mar me conto que cada tira de la palma es una vida y que todas se entrelazan en el universo formando el tejido de la vida, todos nos encontramos en esta vida y en otras siempre dejando una huella en los corazones de todos. Cuando me senté, las mujeres hablaban una lengua que parecía una canción de cuna, Mar me explicaba que su familia quería que yo aprendiera como traer bebés a este mundo pues requerían que yo estuviera con ella en el momento del parto, según su tradición la mayor cantidad de mujeres aportan una especie de sinergia que ayuda al bebé a nacer, me han enseñado como dar masaje al vientre de Mar y como cantarle en las noches, yo he tratado de aprender todo, pero mi mente divaga al encontrarme con tantas tradiciones que sobrevivieron a los hombres que invadieron siglos atrás a esta majestuosa civilización.
Estas mujeres hacen de cada cosa algo sagrado, todo merece un ritual y esto me hace pensar en que la vida es maravillosa, la hacienda respeta los ciclos de la luna y eso nos ha dado mayor producción de henequén, lo que nos ha brindado un estatus muy elevado, si supieran que proviene de la sabiduría de este pueblo jamás se creería, dicen que antiguamente hace apenas unos años un hombre llamado Jacinto Canek lideró una revolución para abolir la servidumbre y esclavitud de su gente, agradezco que mi hermano pudiera ver el amor en una de ellas y contra todo pronóstico y oposición se casara, ahora entiendo cómo fue a manarme a traer de ese viejo continente rodeado de normas estúpidas, si me hubiera quedado allá, ahora sería una solterona y no una mujer con brío y libertad en el rostro, aquí soy deseada y joven, él lo sabía, él me ama por eso me trajo, quiso verme feliz y lo agradezco.
Myriam no cabía de dicha, sabía que su abuela fue especial y sentía una conexión tremenda con ella, por algo se sentía atraída a las lenguas de la península de México, por algo había escogido esas materia que pocas personas de la universidad elegían, por eso amaba Literatura prehispánica y Panorama de las lenguas indígena de México, su pasado estaba ahí y le clamaba el despertar, el voltear a ver ese pedazo oscuro de su país que todos dejaron en el olvido para parcharlo como lo hacía siempre el que cuenta la historia a su conveniencia.
Cuando el sábado llegó a tocar a su puerta acompañado de su tía favorita estaba incendiada, quería contarles que las mujeres de su familia eran fuertes y que ambas su madre y su tía podrían salir que aquellos embrollos en que la familia las había despatriado o desmadrado, mejor dicho. Llegaron a una terraza que se encuentra a espaldas de la catedral de la Ciudad de México, Myrian se admiró de la hermosa vista que tenía frente a ella, las hermosas ruinas del Templo Mayor brotaban de la costra de cemento con la que la trataron un día de esconder y ahí orgullosae imperial sobresalía por encima de todo, haciendo notar que por ahí sonaron caracoles, y el aire fue perfumado por copal blanco mientras personas vestidas de manta de algodón verdad de mil colores y adornados con jade y plumas de aves hermosas paseaban por ahí deleitándose de su hermosa ciudad que flotaba de agua cristalina y pura que provenía de los amantes durmientes que coronaban la vista de la ciudad cuando la contaminación no hacía de las suyas. Después de ordenar la entrada apareció una mujer con ojos grises y piel morena con una blusa negra bordada al estilo de Istmo de Tehuantepec, se acercó a ellas, su tía Daniela se levantó y la saludo con un tierno beso en los labios.
-Myriam, ella es mi amada.
RESUMEN
Esta novela trata de narrar la valentía de Blanca, una mujer que llega a Mérida Yucatán, México y descubre una cosmogonía que la enamora y empodera, la gente de su hacienda familiares de Mar su cuñada le enseñan secretos antiguos de sus antepasados Mayas, encuentra también un amor prohibido por la sociedad y la época, pero que le es posible disfrutar en la intimidad de la selva y el mar, justo después se suscita la guerra de castas, una época turbulenta y oscura que la separa del amor de su vida, de su familia, de su hogar, del mar que ama y la selva que tanto cobijo le brindó en sus aventuras, su cuñada Mar que es una mestiza logra ponerlos a salvo a un costo muy alto. Un siglo después su tataranieta Myriam encuentra sus diarios y cartas donde descubre secretos que le brindan fuerza y poder para romper con estereotipos que abundan en su familia, conexiones con el pasado alentaran su vida a construir un lazo fuerte con las mujeres de su familia y mirar de frente los patrones que se han repetido y que tantos amores les han costado cambiando para siempre su perspectiva acerca del ser mujer.
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