Café después de la guerra

Café después de la guerra

«No fue una historia normal, jamas creí que de mi benigno vientre emergería algo tan bello. Jamas pensé que alguien tan pequeña se llevaría toda mi vida en esos grandes ojos de colores anormales tal cual eran los míos, aunque los míos son pequeños y no tienen la capacidad de extraer todo el amor de un ser tan oscuro, puedo ver mi alma en ellos, leer mi historia en su piel, mis tristezas en aquellos cristales llamado lagrimas, es como si la conociera de toda la vida y por ello pido que me perdones por lo que en este momento haré.
Mi niña, mi amor a la que debo dejar atrás, la que no sabrá quien fue su madre, por un periodo de tiempo y crecerá sin su verdaderos padres por una protección necesaria, por un futuro sin muerte, ni una juventud que destrozara su ser por completo. Mi híbrida vampiresa que deber ser adicta al café de Julio como lo eramos nosotros en nuestra adolescencia, te amo con el alma que no se me fue otorgada y si estas leyendo esto es porque ha llegado el momento de estar juntas para explicarte todo lo ocurrido. No quiero obligarte a nada, pero si es tu decisión venir con nosotros estas son las indicaciones para encontrarnos y que escuches nuestras historia.
Estas obligada a irte los más rápido de en donde te estés quedando en tu mayoría de edad y viajar a el país de España para que te encuentres con mi hermano menor Silas. Tu tío te guiara al único lugar que debió de ser tu hogar, el responderá con la mayor sinceridad a cada una de las preguntas que le hagas y conocerás a toda tu familia, a tu sangre, a lo que debió de ser tu vida mi preciosa beba.
Perdóname agapi mou por no poder haberte dado todo el amor y cariño que nos llevo a cometer este acto imperdonable. Perdónanos por todo lo que no se nos permitido darte, por no haber disfrutado de tus primeras veces, tus dudas y confusiones , de todo que los padres por deber deben ofrecer a sus hijos, por perdernos todo ello sin elección. No puedo escribir más, ya que no terminarías de leer todo lo que tengo que decirte, pero si vienes lo escucharas.
Adiós Kathehía.
Pd: Sigue la linea amarillas detrás de ti»

Ella era mi madre por que que mis ojos poco a poco acumulan las lagrimas de dolor abandonado provocando un sentimiento que rompe mi corazón en mil fragmentos de cristal – ¿Como? – me pregunte arrugando el papel de roble, escrito con letras cursivas y en un lenguaje que yo nada más conocía, contra mi agitado pecho. No podía detener las tantas preguntas que en mi mente comenzaban a sembrarse, ni las peticiones de mi pobre madre, y entendiendo a la perfección cada uno de los largos pasos, tome la mochila cerrada a mi lado y salí por la puerta principal del café de julio secando las gotas de lagrimas rojas mientras corría a la parada de autobús para coger el ultimo asiento ocultándome tras la capucha negra mientras la lluvia me despide y la carta de mi madre me acompaña en la mochila. El bus se dirige a Mérida, la única ciudad al alcance de este pequeño pueblo desaparecido del mapa, ahí tomare un vuelo que me llevara a España después no se que pasara con mi destino, no se cuales seras las respuesta que contestaran a mis miles de preguntas, aunque la más importante de ellas me tiene comiendo de los nervios.
¿Como serán ellos? se que es estúpida esta pregunta, pero la creo tan importantes como todas. ¿Que tan guapos serán?¿Lo cuanto que se amaron? y ¿Lo tanto que me amaron a mi?¿Que tan ilusionados estuvieron conmigo?. Me los imagino felices por mi nacimiento, tan ilusionados por la familia que están formando, veo a mi madre leyéndome cuentos para llamar mi sueño profundo y papá torpemente cambiando mi pañal mojado, o meciéndome sobre sus brazos al tiempo que me canta canciones de cuna tras otra sin lograr hacerme dormir, pero llevándose mi silencio tras ellas.
Los veo con características similares a las mías, pero creo parecerme mucho más a mi padre por el dicho de que las niñas se parecen a los padres y los niños a las madres, pero igual no estaría nada mal que me parezca un tanto a mi madre porque quizás ella es una bella inmortal…- Disculpa, ¿Esta ocupado este asiento? – consulto una mujer pelirroja que cubría la mitad de su rostro con un cuello peludo negro.
Quitando mi mochila le deje espacio para que se sentara en el y sin hablar lleve la vista a la ventana queriendo sentir el frió que la mujer a mi lado sentía, me puse a jugar con las gotas que bañaban el cristal. Eran gotas frías que llevaban en la transparencia historias que cerraban poco a poco mis ojos enviándome lentamente a los brazos de Morfeo para soñar con una vida eterna junto a mis padres tan felices como debimos de estar – Buenas noches familia que estoy por conocer – murmure entrando en un profundo sueño mientras espero la para que harán en Mérida.
«Mi amor te amo, papi
te ama, mami te ama. Algún día entenderás todo esto, todo lo que tuvimos que hacer por darte una buena vida y termines lo que nosotros se nos fue arrebatado – la cálida voz de la mujer que aseguraba ser mi madre hacía eco en el cuarto oscuro, pero al buscarla por donde pude me di cuenta que era solamente su voz la cual me acompañaba.
– Mamá, Mamá – la llame corriendo con desesperación suplicando que su voz no se apagara, aunque mis ojos se llenaran de un llanto sangriento y me ardían como el infierno agitando mi alma permitiendo me poca visualidad, seguía corriendo con tal de encontrarla.
– Todo sera extraño para ti, al principio quizás ni lo entiendas, ni lo quieras por que sera mucho por procesar a tan temprana edad y tal vez no puedas recopilar la información al instante, pero mi niña, mi hija apenas todo acabe juro que tendremos la familia que debimos de siempre ser ¿Escuchaste agapi mou? Estaremos junto…- no escuchaba muy bien lo ultimo que la voz de mi padre estaba diciendo, pero estaba segura que hizo un juramento. Su voz se alejaba poco a poco y el eco retumbaba en mis oídos golpeando mi cuerpo temblante»

Desperté justo en el momento preciso de ver el amanecer de bienvenida que me enseñaba la ciudad de Mérida la que me llevaría a España y descubrir como debió de ser mi destino, conocer a mis padre verdaderos junto a una tasa de un rico café sin azúcar, pero temo a que no resulte tan bello como me lo estoy pensando, temo a que no halle las respuestas del cual espere desde que tengo memoria… – Disculpa – la misma señora que se sentó a mi lado toco mi hombro con las punta de los dedos – ¿Sabe si ya llegamos a Mérida? Soy extrajera y no conozco muy bien el país – explico avergonzada con un asentó Americano.
– Esta en la ciudad señora, en una hora más podremos bajar de aquí para ir a nuestros destinos – mientras ella asentía contenta por mi respuesta yo me dispuse a beber mi reserva azul del almuerzo como dieta inmortal y alimentar mi sed para no cometer algún crimen del que me arrepentiría más tarde. El día parecía cálido como una abrazo en familia y el sol brilla como un día de amor con tus padres, brilla tanto como tres sonrisas que estuvieron siempre unidas, el sol esta despejado caracterizando con libertad en el cielo dando me la necesidad de querer bajar de aquí e irme para salir de este encierro, siento que respiro con dificultad, debo de salir de este auto bus y así es como sucedería porque me pare de mi asiento pidiendo permiso a la pelirroja para alcanzar el botón de paro y bajarme en el centro de la ciudad de Yucatán, a once horas y no se cuantos minutos de España.
Logre sentir un destello de la brisa fresca y el poco tiempo que me refrescaba en volvió mi cuerpo permitiendo me un respiro del todo lo que estaba e iba a pasar <¿En que estabas pensando Kathehía?> Me pregunte riendo histérica por la locura que estaba apunto de hacer, comencé a masaje arme la cabeza para darme un nuevo respiro con dificultad y el teléfono sonó con la canción de Zahara – Con las ganas.
xxx: Mira mujer loca me vas a decir de pronto en donde coños te encuentras – ordeno a gritos chillones la histérica de mi compañera de habitación y mejor amiga dramatizando con enfado mi escape sin despedirme – Kathe! Todo el mundo a nuestro al rededor se preguntan en donde estas, hasta el ciego de la esquina – rodee los ojos aguantando mi risa por el teatro que comenzaba hacer.
– Muestre a ver que yo a usted no le creo ni lo que reza, mi amor – me burle intentando aparentar el asentó colombiano recalcando la R, pero más que ello me salio una apestosa imitación de ellos – Vea que yo le explico cuando allá llegado a mi destino porque ni siquiera se lo que estoy apunto de hacer, estate tranquila que te mantendré informada la veinticuatro hora de siete a siete amiga – aunque se que no lo haría tan exagerado de lo dije para calmar sus exigentes gritos – Debo colgar, o si no perderé el vuelo.
xxx: Okey! – acepto tras el teléfono decepcionada por no oír más – Pero no te pierdas – pidió fingiendo tristeza, aunque sabia que estaba emocionada por mi desaparición y mantener un orden en la casa sin grito, ni bulla – Adiós primor – lanzo un beso sonoro y corto la llamada dejándome en paz. Guarde el teléfono en mi chaqueta riéndome del nuevo apodo que con el que me había llamado, sin antes preparar mi mochila tras de mi y beber un poco más del liquido azul me eche a volar revoloteando hacía el aeropuerto de Mérida y sentir el viento como hacía bailar mi cabello.
Llegue a la entrada principal del aeropuerto y me sorprendí al hallar una estatua de la pareja más joven que en mis años había visto a la esquina izquierda de las escaleras, no parecían tener más de quince, o dieciséis años, parecían verdaderamente con importancia y extraños ¿Como unos chicos tan jóvenes logran ser tan importantes? son solo unos niños – Raro, pero bellos – escuche el comentario de una joven morena que dejo caer su celular sin cuidado a mis pies y con cuidado lo recogí para entregárselo a la vez que sus mejillas enrojecían por la torpeza, y yo le preguntaba por los de la estatua sintiendo como me perdía en la sonrisa de ambos desconocido – Salvaron una parte importante del estado – contesto ella ojeando el reloj del móvil – te contaría más, pero tengo un vuelo que tomar a España – pero que sorpresa de la visa y sin poder decirle que tomaría el mismo avión desapareció entre la multitud acumulada dentro del aeropuerto. Burlando me de su humanidad revolotee por las escaleras mecánicas, alcanzando el puesto detrás de ella en la fila abierta hacía el avión le dije que podría contarme todo lo que quisiera en las once horas y minutos que nos tomaría llegar al país. Regalándome una sonrisa vergonzosa asintió cogiendo mi gancho derecho y saltando por el pasar como amigas de toda la vida, aunque sus rojas mejillas eras lo que más causaba mi gracia.
*** Minutos más tarde ***

No fue casualidad que nos hallamos sentado juntas en el avión, ya que su lugar era la zona vip y el mío un simple turista. Fue costoso para ella llevarme de turista a vip para conversar de la historia que escondían las estatuas, pero lo logramos. Después de que el avión despegara me pidió que me recostara en el asiento enfrente de ella mientras me pasaba una manta de rico polar para acomodarme – No era necesario que hicieras ello, podríamos a ver esperado al aterrizaje para que me contaras la historia – comente vergonzosa por lo caro que le salio el cambia por una desconocida, ella se encogió de hombros diciendo que no era nada porque esa suma lo ganaba su padre adoptivo a cada segundo.
– ¿Quieres escuchar la historia? – asentí emocionada por lo que estaba apunto de decir y bebiendo del café que recién me sirvió la azafata – Estas personas salvaron tantas tierras como se le fue posible, todo lo que es Yucatán fue parte de una maldición en antaño y ellos se encargaron de que ello no siguiera perturbando las pocas almas que habitaban aquí – cerro los ojos mientras se acomodaba con inquietud debajo de la manta – Cuenta la leyenda que cada quien mire directamente a los ojos de ellos hallara el amor que ellos se tenían con la misma eternidad que se les fue consentido – sus ojos se iluminaron al vocalizar las palabras que en su mente guardaba, pero aún me sentía algo confundida por la historia tras las estatuas así que le pregunte si había más por contar – Había solo una pueblo habitado en estas tierras llamado San Venganza, ellos llegaron acabando con la oscuridad que emergía desde las profundas tierras maldiciendo a todo el que tocara aquel terreno, todos fueron salvados y vivieron por ellos – frunciendo el ceño adusto vinculo sus ojos con los míos – ¿Nunca oíste del pueblo maldito? – voltee mi mirada a las blancas y esponjosas nubes, así que antes de dar mi respuesta cerré los ojos imaginando mi respuesta como una película pasar frente a mi.
– Fue donde vivió el ancla poseído por el diablo para entrar y caminar entre los mortales alimentando se de sus pobres almas manteniendo las encerradas sin culpa en el inframundo, aisladas para seguir con reservas y fortalecer su fría humanidad. El deseaba ser uno mas de ellos, pero con tanto poder como jamas se conoció, ser un dios entre los mortales y ponerlos a sus pies – sin darme cuenta mis voz endureció incitando mi conexión visual con la de ella lo cual provoco su gracia dejando me apreciar nuevamente los frenillos morados y margaritas dejándola ver inocentemente tierna.
– Este estado era perteneciente maya, el mayab. Esta salvación fue mucho antes de que los mayas habitaran aquí, San Venganza es conocida por pocos, pero la guerra entre el vínculos del diablo es conocida por el legado familiar que estuvieron presentes ahí – achine los ojos con una duda en voz alta.
– ¿Eres el hermano de uno de los guardianes, no es así? Por eso conoces cada detalle de lo que paso realmente y por eso ocultas la marca familiar tras esas tanta pulseras
¿Verdad? – mi teoría fue acertada, ya que agacho la cabeza tímida entrelazando los dedos mientras asentía con lentitud, me pareció saber que sus mejillas volvieron a enrojecer porque se oculto tras su largo cabello. Desabroche mi cinturón y camine hasta el asiento de ella levantando la manga que cubría la mía – Tranquila mujer que la misma es igual de negra y extraña, aunque no conocía tanta historia tras su tinta, ¿Termina todo ahí? – consulte volviendo a mi asiento y decepcionada por el no que salio de sus labios, ya que creí que la historia apenas comenzaba, pero me advirtió en en ellos existió algo que nadie conocía por la salvación del pueblo.
» Entre más cerca se encontraban de la paz familiar y seguir una vida normal entre los suyos llegaban problemas cada vez peores fue por esa razón que ese vieron obligados a entregar a sus herederos a otra familia por separados para que les dieran una buena vida alejados del mal y oscuridad hasta ser el momento preciso de que se reunieran. Fueron llamadas las gemelas por separas, eran una gota de agua y no se dieron cuenta que tras la puerta había otra como la otra, ya que se les bloqueo esa parte de su vida»

– Su historia se dio a conocer el día de la entrega para los seleccionados y oyentes, ya que después de los conocido su historia fue borrada de las mentes humanas por protección a la raza y seguir en sombras – mi mente se hallaba en blanco con una pregunta rebotando en las esquinas de su cerebro, ¿Porque siento que conozco esta historia, porque la siento tan cerca de mi? ¿Que es este revoltijo en mi pecho?.
– Es como si hubieran sido condenados por todas la vidas salvadas – deduje jugando con el cristal de la ventana sintiendo su intensa mirada a través de las lentillas café. Al mismo tiempo que asentía mis parpados comenzaron a pesar para que mi cuerpo híbrido descansara y con decepción mire la taza de café bacía.
– Ella se hacía llamar Katherine Pirs Petroba y el Abraham Mateo Chamorro – creí imaginar lo que ella susurro los nombres de mis padres porque tras a ver terminado el café al instante caí rendida a los suaves brazos de Morfeo sintiendo la calidez de la manta polar mientras el había me llevaba hasta donde mi familia.
*** Horas más tarde ***
Parecía ser que la noche en Madrid no era tan diferente como en mi pueblo, con muy pocas estrellas y un viento hatrös para los humanos, perfecto para volar en los cielos sintiendo el viento envolver tu cuerpo y más por todo el café que se puede beber. Aun faltaba una hora para despegar y mi compañera de asiento estaba más aturdida que un mortal borracho, me quite la manta doblándola a mis pies para servirme una nueva taza de café caliente sin azúcar y calmar los nervios que me comían por dentro mientras disfrutaba de las vistas.




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