El Príncipe de los cuervos.

El Príncipe de los cuervos.

YULIEN NUÑEZ

07/02/2018

El príncipe de los cuervos.

Capítulo 1 El Cuervo

Llevaba tiempo viviendo en aquella monotonía. Se levantaba a las 6 de la mañana. Sin desayunar apenas se vestía deprisa para no perder el autobús y regresaba a casa después de 13 horas de duro trabajo limpiando una tienda de comestibles en una ciudad de Moscú.

El invierno era inclemente. No podía descansar ni un minuto. Las personas que llegaban a comprar formaban barrizales en los pasillos con sus botas llenas de barro y nieve. Solo contaba con media hora para almorzar. Sus manos se habían hinchado con el esfuerzo y su espalda dolía tanto que muchas veces lloraba en la cama temiendo no poder levantarse al día siguiente. No dejaba de rezar a Dios para que mejorara su forma de vida y cada mañana su fe en Jesús le daba fuerzas para empezar una nueva jornada.

El martes se levantó dolorida como todos los días desde que el invierno azotara la ciudad de Zelenograd. Cerca del medio día apareció un joven en la tienda fue la primera vez que lo vio. Alto, de cabellos castaños y enigmáticos ojos color de miel. Todas las miradas se inclinaban hacia su figura esbelta resaltada por un traje azul oscuro y sobretodo gris perla.

No parecía buscar algo en específico. Recorría las estanterías sin prisas poniendo en el carrito de la compra lo que le interesaba. De esa manera tropezó con Ju la protagonista de esta historia que limpiaba la nieve acumulada en uno de los pasillos de la tienda. Iba tan distraído que la empujó haciéndola caer al suelo. Esto lo sacó de su dispersión y le tendió la mano mientras balbuceaba una disculpa.

Posó en ella su mirada haciéndola palidecer. Algo en aquel leve apretón de manos y aquella mirada había calmado el dolor de su cuerpo. Se sintió agradecida y triste pero horas después el duro trabajo le había hecho olvidar el incidente.

Esa semana él volvió cada día en la tarde. Pasaba a su lado y le sonreía poniendo la mano en sus cabellos. El viernes sin ningún preámbulo la abordó.

─ Te recogeré hoy a la salida del trabajo.

Ella intentó rechazar pero sus palabras por alguna razón la hicieron dudar de si debería o no aceptar la invitación.

─ No te hare daño. Puedes confiar en mí. Estaré a tu lado y todo ese cansancio desaparecerá. Prometo que no te seduciré hasta que tú quieras─ Sonreía travieso mientras le hablaba.

Todo el día estuvo nerviosa. Sus compañeras de trabajo la observaban con mirada hosca. Nunca pensaron que aquel joven prefiriera a una mujer que fregara los pisos a tantas muchachas bonitas y de buena familia que allí trabajaban.

El no había escondido sus pretensiones a pesar del color muy moreno de la piel de Ju y de su bajo estatus en aquel lugar. Zvieta una de las trabajadoras más amables del lugar la aconsejó poniendo una mano en su hombro.

─ No pienses en que esta salida puede ser o no una aventura. Si te gusta no hay nada de malo en salir con él. No te amargues el día pensando en el futuro. Te lo digo por experiencia. Hoy tengo casi 50 años y me arrepiento de muchas cosas que no hice robándome momentos de felicidad que nunca más regresarán.

Antón entraba en ese momento por la puerta mostrando unos dientes perfectos en su sonrisa amplia. La tomó de la mano sin dudar y besó sus cabellos mientras le preguntaba cómo había pasado el día. Las envidiosas miradas de sus compañeras la siguieron hasta la salida donde el joven le colocó su sobretodo sobre los hombros para cubrirla del frío.

La venenosa Sacha le comentaba a Irina

─¡Bah! ella es solo una aventura para él. Es negra y pobre. ¿ Quién podría fijarse en una mujer que limpia los pisos para una relación seria?

Irina era una mujer de 50 años y cabellos rubios. Todavía quedaban en ella rastros de la hermosa mujer que fue. El comentario no fue de su agrado por lo que le respondió con disgusto.

─ Tal vez es una mujer que limpie los pisos y sea de piel oscura. Pero es bella . No sé lo que ha pasado en su vida que la ha dejado en esta situación. Pero tengo entendido que fue a la universidad en su país, habla tres idiomas y dirigió empresas durante algunos años. Algo que tú no has hecho ni harás nunca.Saca los malos pensamientos de tu corazón y tal vez Dios te ayude. Una aventura como esa le vendría bien a cualquier mujer. Es un hombre atractivo, educado y muy seguro de sí mismo.

Le dio la espalda y continuó acomodando los productos lácteos en los estantes. Fuera Ju se montaba en un magnifico BMW negro muy moderno que destacaba sobre la blanca nieve. Estaba nerviosa. Antón le tomó las manos volviendo a asegurarle que no tuviera miedo de él. Camino a la Dacha donde pasarían el fin de semana compró una botella que contenía dos medidas pequeñas de un excelente vino.

─ Es para que te relajes. Disfruta de la música y el calor. Debo manejar una hora hasta llegar a la casa y no te puedo acompañar a beber ahora. Cuando lleguemoste haré una cena deliciosa y beberemos una copa juntos.

Había oscurecido completamente. El auto rodaba silenciosamente por la carretera. Poco a poco el calor del auto, la música suave y el vino la amodorraron. Estaba muy cansada. De vez en cuando el joven le daba un suave apretón de manos y le sonreía.

No se dio cuenta que habían llegado hasta que la despertó acariciándole la mejilla. La nieve se había acumulado en la entrada. El se apareció con unas botas altas de nieve que colocó en sus pies. Le quedaban enormemente grandes cosa que lo hizo reír de buena gana. Ella tenía los pies pequeños.

La enorme Dacha había estado cerrada todo el invierno hacía mucho frío.Preparó rápidamente la chimenea en la planta baja y puso un amplio cojín de lana para que ella tomara calor junto a la estufa mientras organizaba todo. Tanto trajín había llenado de color su lindo rostro haciéndole más atractivo que antes.

Media hora después la vivienda tenía un ambiente templado y agradable. Todo allí estaba decorado con magnífico gusto. La cristalería era fina y la vajilla de porcelana azul. Hasta la madera estaba hábilmente tallada

Sacó del sótano una botella panzuda y oscura que parecía estar cubierta de polvo.

─ Este es mi vino predilecto.─ Le sonreía mientras lo ponía delante de sus ojos─ Tiene más años que tu y yo juntos. Te gustará.

Ella seguía sentada junto al fuego mirando las figuras caprichosas que se formaban entre el carbón y la madera. Antón se acercaba de vez en cuando y ponía la cabeza en su regazo acariciándola suavemente luego se iba a buscar más madera para la chimenea y continuaba haciendo una sabrosa paella que olía de maravilla.

El vino realmente era muy sabroso y cosquilleaba en la garganta al beberlo. La llevó a recorrer la casa enseñándole las habitaciones yla sala de estar de la planta superior. Cuál no sería la sorpresa de Ju cuando vio un cuarto muy extraño todo de madera. En un rincón había un enorme barril con unas llaves de acero níquel.

─ Esto es una baño sauna típico de mi país. Suelo usarlo cuando estoy muy cansado del trabajo.─ Le explicaba mientras le mostraba los grifos y tarimas─ Aquí me siento a gusto. Sudo y elimino los minerales y las sales del cuerpo. Hoy pienso prepararlo para mí pero si quieres puedes tomar el baño de vapor conmigo. Hay suficiente espacio para los dos. Te vendría bien.Has trabajado muy duro este mes.

Ella un poco avergonzada aceptó.Le había dicho sin darle mucha importancia al asunto que debía tomar el baño solo cubierta con una toalla.

El sauna estuvo preparado en pocos minutos. Antón le ofreció entrar primero mientras terminaba los detalles de la cena. Le entregó una toalla rosa y salió de la habitación para que se desvistiera. En una esquina había una ducha de cristal donde la joven tomó un baño antes de entrar a tomar el vapor.

Era un calor fuerte que picaba en la nariz pero agradable. Enseguida su cuerpo esbelto y moreno había comenzado a transpirar. Se acostó boca abajo en una tarima de madera que había preparada y cubrió sus largos y abundantes cabellos negros con un gorro blanco. Sentía una deliciosa sensación de bienestar.

Minutos después Antón entró a ver como la estaba pasando. La encontró adormecida. La toalla contrastaba con su color oscuro y dejaba al descubierto las lindas piernas. Se le acercó despacio y empezó a masajear sus pequeños pies, subiendo lentamente el masaje hacía sus piernas y sus muslos. Mientras masajeaba la cara interna de sus muslos sus manos rozaron sin querer su vagina produciéndole un estremecimiento de deseo y arrancándole un gemido involuntario que no pasó inadvertido para el joven.

Ella se incorporó avergonzada pero él delicadamente atrajo su barbilla y le besó los labios suavemente mientras la abrazaba transmitiéndole seguridad y calor. Luego volvió a salir para continuar con los preparativos de la cena.

Al verlo entrar pocos minutos más tarde envuelto en la toalla apenas podía contener las emociones que iban surgiendo en su cerebro y que este le trasmitía a su cuerpo a la velocidad del rayo. El joven se acomodó en una esquina y sostuvo sus pies sobre sus muslos mientras los acariciaba con delicadeza. Su blanca piel se cubría de gotitas de sudor como si fuera rocío y su cabello se humedecía.

Retomó el masaje de sus muslos. Pero esta vez los besaba disfrutando del aroma suave que despedía su cuerpo. Ella estaba de frente cuando se deslizó hacia su cintura la toalla que la cubría descubriendo los firmes pechos de oscuros pezones que el joven sostuvo entre sus manos acariciándolos, mordisqueándolos.

Bajó suavemente besando su cintura hasta llegar al pubis suave como la piel de un bebé. El primer contacto fue electrizante. La felación le proporcionaba tanto placer que no podía contener los gemidos de deseo. Mientras subía para encontrarse con sus labios. La respiración entrecortada denotaba hasta que punto estaba excitado. Esta vez la besaba con pasión con deseos de fundirse a su cuerpo y a su boca.

Se retiró la toalla pegada a su cuerpo. Ella tenía los ojos cerrados y jadeaba suavemente esperando el momento en que sus cuerpos serían uno. Su sorpresa fue grande cuando notó que Antón tenía una masculinidad exuberante. Abrió los ojos sorprendida cuando sintió aquello enorme y caliente buscando entrar dentro de ella. Quiso salir de debajo de él pero el enorme miembro había logrado en un movimiento brusco penetrar en parte su húmeda vagina y la tenia inmovilizada.

Él le susurró al oído que se relajara y la besó con delicadeza logrando con caricias sensuales que fuera abriendo sus piernas hasta entregársele entre gemidos mitad dolorosos mitad placenteros.

Ju nunca había sentido tanto placer y dolor al mismo tiempo. Aquellos brazos fuertes la oprimían. Aquellos besos la dejaban sin respiración. Su forma de hacerle el amor la mantenían presa en su cintura. Se olvidaron de la cena que se enfriaba a la luz de las velas. No pudo contar cuantos orgasmos tuvo esa noche. Pero fueron muchos. El sabía cómo despertar su deseo hasta hacerla gritar en sus brazos. Se quedó dormida después de aquella noche salvaje. Cuando despertó el estaba sentado a su lado mirándola con los ojos brillantes y el enorme miembro erecto.

Su vagina estaba lastimada por la noche anterior. Él lo sabía por lo que besó su clítoris suavemente y lo acarició con delicadeza hasta despertarle el deseo reanudando el doloroso placer. Haciéndola suya unay otra vez.

Todo el fin de semana lo pasaron amándose. Entre besosy sexo. Cocinaban juntos se bañaban juntos. No hubo un lugar de la vivienda donde sus gemidos de placer no lo inundaran todo.

Una de esas noches le amarró los brazos y las piernas a la cama que tenía doble barandal. La puso en la posición del perrito poniendo varias almohadas bajo su vientre para darle más comodidad. Después comenzó a practicarle un cunnilingus que la tenía muy excitada mientras masajeaba su clítoris suavemente con los dedos. Ella estaba llegando al clímax mientras Antón de tanto en tanto acariciaba su vagina con su enorme pene . Le abría sus nalgas morenas besándole y acariciándole el ano con su miembro presionando ligeramente volviéndola loca de deseo.

Ella estaba relajada y se entregaba al placer que sentía. Estaba disfrutando al máximo la experiencia. Estaba tan excitado que su miembro excedía su tamaño en mucho. Se inclinó sobre ella y acaricio sus senos luego su clítoris. En una de esas presiones sintió como la cabeza de su pene casi tan ancha como el fondo de una lata de cerveza entraba ligeramente en el orificio que se había dilatado con la excitación de la muchacha. No lo pensó dos veces. Nunca había hecho una penetración anal debido a la exuberancia de su miembro y ahora se le daba la oportunidad.

El ano de la muchacha estaba húmedo por el cunnilingus y la excitación. La cabeza del pene de Antón acababa de entrar a medias dentro del pequeño agujero arrancandole gemidos dolorosos. El enorme placer que sintió lo enloqueció hasta el punto que olvidó los gritos de la muchacha.

La sujetó fuerte por la cintura con ambos brazos para que no quedara fuera ni un solo centímetro mientras respiraba fuerte como un animal en celo.

Ella sentía el dolor que la quemaba por dentro y los testículos como piedras pegados a sus nalgas.Todo el placer se transformó en dolor. No sabe cuánto tiempo el estuvo disfrutando de aquel sexo anal fuerte sin inhibiciones.

─ Aguanta un poco el dolor─ le susurraba de vez en cuando─ pronto te hare enloquecer.

Su piel empezó a dar señales de placer y su vagina volvió a humedecerse tanto que sentía como sus fluidos le mojaban toda la parte de atrás.

Antón lo notaba y despacio la sentó sobre su verga introduciéndosela poco a poco. Esa posición le permitía succionar sus pechos y acariciar su cuerpo. Mientras la penetraba.

Mientras acariciaba sus nalgas firmes se percató de que su ano estaba tan húmedo que mojaba la base de su pene. Eso hacía más fuerte su excitación . Volvió a sacarlo de la vagina y se lo introdujo por detrás . Ella gritó otra vez de dolor mientras sentía como el enorme miembro la desgarraba.

Él le dijo al oído mientras la seguía penetrando profundamente.

─ Mírame . No llores. ¡Te gustará! Confía en mí. Te voy a desatar las manos y quiero que te abraces a mis hombros.

Ella se agarró a su cuello aguantando lo mas que podía aquel dolor que era como una quemadura. Antón la tomó de la barbilla y sin moverse empezó a besarla. Sus besos eran como un bálsamo.

Bajó las manos hacia la cintura de la joven que estaba sentada a horcajadas y de ahí hasta su clítoris. Lo tocó varia veces hasta que logró que el dolor cediera un poco. Luego empezó a mover lacintura de la muchacha suavemente frotándolo con la base de su pene.

Ella no supo en qué momento su dolor se convirtió en auténtico placer. Ambos se abrazaban y se besaban con pasión. La recostó sobre el banco con las piernas abiertas a cada lado de sus brazos volviendo a penetrarla por el ano. Pero esta vez seguía restregando su clítoris con la base de su miembro de manera que en pocos segundoslos gritos de placer de ju llenaron toda la casa.

Llegando al clímax se lo introdujo en la vagina completamente. Y mientras la joven debutaba en el orgasmo más placentero de su vida Antón se derramaba en su interior con un placer y deseo que nunca había sentido por ninguna otra mujer.

Terminado el acto la abrazó con ternura hablándole al oído.

─ No quería hacerte daño perdóname si fui demasiado brusco contigo.

Sinopsis

El príncipe de los Cuervos es una novela fantástica, romántica y de alto contenido erótico. La historia de un joven de una familia acomodada Rusa que se enamora de una muchacha de color de procedencia humilde.

El joven resulta ser el príncipe de un clan muy antiguo que se dedica a la caza de entidades oscuras así como a proveer a las personas que habían muerto asesinadas o bajo circunstancias extrañas la posibilidad de volver a la vida para poner en orden sus asuntos terrenales.

Obligado por sus tradiciones a tomar esposa. Decide llevar a su prometida a casa con la que ya había experimentado varios episodios íntimos muy fuertes. Encuentra oposición dentro del seno familiar que le exigen sangre noble de la descendencia de uno de los 4 guardianes.

Una de las opositoras más fervientes era la duquesa del Clan que ambicionaba convertirse en la princesa cuervo. Convenció a los guerreros de que la prometida del príncipe Antón era un ser oscuro que lo había cegado con sus artes mágicas.

Como resultado en un intento desesperado de la artera mujer por deshacerse de su rival la ataca con la daga ritual del Clan pero Antón que se interpone entre ella y su prometida recibe la herida mortal en el pecho.

La joven en shock al ver a su prometido agonizando sufre una serie de transformaciones terroríficas que sacuden el interior y el exterior de la gran mansión.

Había regado sin percatarse las raices del árbol con sangre que manaba de una de sus manos heridas por las rocas. devolviéndole la vitalidad al magnífico ejemplar vegetal que pronto recuperó su energía salvando al príncipe y sus súbditos de una muerte segura.

Amor, celos, lujuria y asesinatos se tejerán alrededor de la madre mientras estabiliza sus poderes. Sin embargo el amor incondicional triunfará sobre las pasiones más bajas y los instintos más tenebrosos .

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