Sinopsis:

Dave es un chico que vive una vida mediocre y algo rutinaria goza de una buena personalidad, sin embargo su vida necesita un giro que nunca nadie le ha dado, entonces una noche de opera clásica.

El tiempo, el espacio, se detiene, una chica que es angelical aparece en aquella opera. Ella lo invita salir con ella esa noche, pero a Dave nunca ha salido con una chica.

Luego de unas bebidas, un viaje hasta la laguna de Santa Rosa. Ashley desaparece, pero deja muchos mensajes, y unas cuantas pista que Dave debe de seguir hasta poder encontrarla una vez más, en el transcurso se enlaza en una lluvia de aventuras, que harán de su vida mediocre y calmada, una de aventura, locura y descontrol.

Ashley

Es sábado por la noche el recital de opera está en su máximo esplendor, las luces se apagan, mi mente vuela, las dos copas que tome antes de venir hacen ya su efecto: Mis volátiles pensamientos se impregnan sobre una hoja de papel cualquiera.

No sé de donde saque esta hoja pero la tengo para escribir, lo vuelvo a repetir creo que el vino es más fuerte de lo que pensé, mi corazón se siente libre en cada nota del piano, la voz de la soprano me hace desaparecer en una pradera donde solo hay una mujer de ojos purpuras.

Escucho a la soprano invitada a compartir escenario con uno de los grandes y mis pulmones se llenan de aire de libertad. Ella termina su acto y el auditorio explota en aplausos. Yo me incorporo para secundar los aplausos.

Y aquí comienza la nota del piano a hacer su magia: Cierro los ojos y todo parece morir en la oscuridad de mi memoria. Unos ojos purpura aparecen de nuevo en mi imaginación, es la mujer perfecta, pero solo es eso mi imaginación, los asientos del lado posterior están aún vacíos. Así que decido recostarme y dejar que el mundo desaparezca.

Termina la canción y escucho aplausos del lado izquierdo, escucho un movimiento brusco cuando alguien se pone de pie. Dos tacones chocan contra el suelo, la seda se desliza por el cuerpo del lugar, al cerrar los telones de la parte posterior del teatro. El pianista entra en escena por segunda vez.

Los tacones resuenan una y otra vez, la escucho deslizarse por el auditorio, creo que es una mujer. Abro los ojos y allí esta ella, sus dos enormes ojos me hechizan y ponen a temblar mis rodillas, mi corazón, cae en un acelerado palpitar; la mujer de mis sueños, la he visto un millón de veces en mi imaginación, dos hermosos ojos purpura, una cabellera suave y frondosa, de un purpura espectacular, que se desliza por su espalda por un fino corte escotado en la espalda que le baja hasta la cintura, su delgada cintura hace que mis ojos se deslicen hasta unos muslos hermosos blancos como la nieve, unos zapatillas negras de plataforma, de un porte elegante.

Subo la mirada mi vista y mis ojos caen de nuevo sobre su escotado vestido negro de corte alto, las luces se encienden para hacer una pausa y veo como su piel escarlata se ilumina como un diamante, es blanca como ninguna otra. El auditorio se pone en pie para agradecer al pianista.

Pero yo no escucho nada, todo calla, todo enmudece, y ella parece venir hacia mí en cámara lenta, inhalo y todas mis ideas idílicas se ven expulsadas, de mi cuerpo. Aspiro nuevamente y ella se acerca de paso en paso el traquetear de sus tacones de aguja hacen más intenso el momento. Sus dos enormes y largas piernas vienen hacia mí. No puede ser me digo tratando de calmar mi agitado corazón, ella y tú por favor no podría pasar; me dice mi inconsciente a falta de entereza ante la situación.

El concierto inicia de nuevo las notas del piano se escuchan tocar en su mayor expresión. Pero ella no se detiene paso a paso y de poco en poco va ganando terreno. Mi corazón se sobresalta, veo la salida pues mi cobarde cerebro no aguanta más esta incertidumbre, las manos me sudan, me tiembla todo el cuerpo. ¡si viene hacia a mí! o solo es una coincidencia. Veo a los lados y no hay nadie más que yo en esa fila; detrás nadie la espera, a los costados tampoco.

Inhalo de nuevo y sus tacones negros traquetean al ritmo de las pulsaciones de este viejo ydesgastado corazón: Se detiene justo frente a mí y se queda con la mirada fija, sin parpadear, una sonrisa algo tímida y nerviosa se dibuja en sus comisuras que la disimulan con demasiada delicadeza.

Mi corazón viejo palpita a un millón por hora; ciento que se me va escapar del pecho y va a salir huyendo del miedo. Pero en medio de tantos miedos y emociones que se juntan. Mi cobarde cerebro que se queda en blanco., pero mis valientes labios parafrasean una palabra corta, escueta pero muy efectiva.

  • Hola
  • Hola. Dice sonriendo y acomodándose el cabello por los costados en dirección hacia mí.
  • Me presento, creo que es de mala educación hablar con desconocidos, no crees
  • Soy Ashley
  • He, he, he. El mío es Dave, digo tartamudeando un poco, y creo que aún seguía hipnotizado. Ella sonreía levemente, sus pupilas se agrandaban, un brillo destellante salía de los mismos, luego ella, hizo un gesto pícaro con sus ojos, de un modo misterioso y sexi, mientras se mordía los labios. La veo con detalle como si el tiempo se detuviera en cada una de las partes de su cuerpo.
  • Puedo sentarme aquí. Señalando el asiento que está del lado derecho.
  • Digo claro poniéndome de pie.
  • Es momento de partir.
  • Pero como
  • No sé, es hora de ir hacia algún lugar sin pensarlo, vivir antes de morir, sentir antes de perder, todos tenemos mucha locura por dentro, no crees.
  • Bueno si pero a dónde quieres ir
  • A cualquier otra parte.
  • Hacia dónde vamos, dice el conductor.
  • Laguna de Ayarza dice Ashley con la menor preocupación.
  • Eso le costara mucho dinero
  • No importa
  • Yo le puedo pagar, es más si duda de mi le pago mitad ahora y mitad cuando lleguemos allá.
  • ya debe de saber usted que las carreteras están hechas una bazofia, el presidente solo se preocupa por su bolsillo, estos países tercermundistas, solo son víctimas del estado.
  • entonces despierta de su duermevela. Y saca de su bolso el fajo nuevamente y le da la otra parte.
  • Tararea una canción no la conozco, me ve y sonríe con una peculiar mueca de complicidad.
  • Sabes que somos cómplices en este mundo desde hace mucho verdad.
  • Sonrió diciendo que si aunque solo, la conozca de hace apenas unos minutos, siento que una vida entera me ha regalado con esta velada.
  • Es un buen tiempo para la ingenuidad.
  • La veo y me pierdo en sus labios, asiento con la cabeza pues las palabras sobran cuando el corazón sabe que tiene a lo que desea frente a él
  • Pero que hermoso cuerpo has trabajado
  • Sonrió mientras acaricia con su palma en mi pecho, pasando sus dedos por mis labios.
  • Eres raro como un cocodrilo, irrompible por fuera; pero demasiado suave por dentro, tierno y lindo, duro por fueran con piel de acero, pero un corazón de mariposa, ja, ja, ja.
  • Le beso pues me sobran las palabras frente a esos hermosos ojos purpura.
  • Que locos hemos sido, el agua nos congela hasta las entrañas, y yo la saco del mismo.
  • Sus muslos blancos cuelgan de mis brazos, y sus rodillas están sobre mi pecho; se acurruca y siento todo su calor junto a mí
  • Este es el mejor féretro para morir. He tenido al mejor besador de mi vida, y el mejor amante nocturno que pueda encontrar nunca.

Se escucha a penas entre la orquesta y el zumbarde las respiraciones que nos rodean.

Quedo en silencio, viendo fijamente a sus dos ojos violáceos. Me pierdo en sus pupilas, el olor de su cabello me deja anonadado. La música del piano y la orquesta hacen de fondo, casi como una escena de las películas de Hollywood. Jamás creí que el piano pudiese sonar a tal velocidad, como la velocidad que escuche sonar ese día.

La veo y mis parpados se cierran tratando de fotografiar su imagen, una y otra vez, ella sonríe levemente, tratando de seguir el hilo de la conversación pero yo estoy hipnotizado.

La veo y me es imposible creer que ella está allí a la par. Nos sentamos al mismo ritmo, a lamisma sincronización uno con el otro. Como si ya nos conociéramos desde hace tiempo atrás. Ella se voltea y disfruta del espectáculo que yo, ya había olvidado, pues el espectáculo más grande estaba junto a mí. Es la primera vez que ciento algo como esto, ha sido tan confuso y he actuado como un tonto me digo.

Pero creo que ya no importa ella estáaquí. Luego de algunos segundos volteo y la idolatro, como a una reina, pero desearía que se acostara en mi regazo para ver de cerca sus hermosas pestañas. La veo y sus parpados caen como una cortina hermosa frente a sus ojos, sus largas y delicadas pestañas me hacen soñar. Con tenerla y que sea mía. Pero ¿por qué yo? que me haría a mi parte de ella digo sonriendo con desesperación en el alma. Volteo para ver de nuevo el espectáculo, el teatro comienzo a llenarse y ella me dice:

El momentum se detiene o mi momentum pausa por unos segundos. Dentro de mí una lucha comienza por querer ir con ella a donde quiera que desee partir en este momento, pero otra parte dice que Luciano está a punto de entrar en escena, es la primera vez que lo veo.

Pero todo acaba cuando extiende su mano y dice:

– vamos.

Yo no tardo en levantarme y dispararme desde el asiento; Salimos y tomamos un taxi el primero que cruza la calle sin importar el ¡por que!, nos cruzamos en su camino como un par de locos, entramos y el conductor se niega a llevarnos pero cuando Ashley, le hace la oferta de pagarle el doble por todas las tarifas. Arranca como si el mismo diablo lo hubiese poseído.

Saca un fajo de dinero y dice acepta dinero extranjero, entonces él dice complacido con mucho gusto, la carretera se vuelve corta sigo contemplándolo, a mi par. Justo cuando me he acostumbrado a su presencia, me dice: Tengo sueño y le digo duérmete, y se recuesta sobre mi pecho, dejando un olor hermoso de su perfume, olía a un dulzor hermoso, con la fragancia de manzanilla.

Llegamos a la entrada de: Santa Rosa, y el conductor pide la segunda parte y dice que por alguna extraña razón tiene que volver y que de allí en adelante se tiene que ir a pie pues el lago no tiene lugar para turistas;

Caminamos por un rato, a paso lento pero seguro: Su sonrisa pícara es contagiosa y su volátil forma de actuar. Aún en sus incultas formas de contonearse por el cominoera sublime. Cada momento era como un destellar de una estrella fugaz en el cielo. Pues era única su sonrisa hacia que mis palpitares fueron tan alterados.

Sonaban con tanta fuerza al abrazarla, le sentías tan cerca,tan cerca que cuando abrazaba mi torso creía que sus manos me acariciaban el alma; tomaba mis palpitares en sus manos y junto a ella se sentía tan cálido su pecho; sollozaba junto a, el aferrado a la esperanza de desvanecerme en la inmensidad de sus ojos, mientras mis ojos derramaron lágrimas de cristal, me sentía tan libre mis alas se extendía hasta el cielo. Cuando tomaba sus brazos junto a los míos, lenta y delicada entrelazaba sus dedos con los míos.

Luego me dijo ven tomemos este carro pero que haces mujer le digo y dice no es nada, saca de su bolso un inmenso hierro y luego, se pone en la labor de desarmarlo de su seguridad. Lo logra con éxito y valla éxito, solo es cuestión de deslizarlo por la portezuela, hacer unos cuantos apretones, y empujarlo con seguridad. Y diablos estábamos dentro de él. Yendo directamente a la laguna.

Llegamos a la laguna y allí sale corriendo y grita con libertad y maraña. Y yo me enredo en su maraña. La veo y no puedo creer lo que percibo, se quita los tacones, desliza las zapatillas por la tierra, las acomoda, luego el vestido sale de su cuerpo las cremalleras se deslizan, por su fina y delicada cintura. Y wala se quita el vestido con la menor preocupación, su piel es iluminada por la luna y dice anda vamos.

Yo me quito los miedos de encima, los dejo sobre la tierra que nos rodea y me salto a la aventura, con algo de vergüenza por mi cuerpo, pero ella dice mira ese lavadero y me hace sonrojar un poco.

Sonríe pícara delicada y aun hermosa después de verla solo como un millón de veces; La lluvia cae diluyendo los últimos vestigios de miedo que quedan en mi ser, cae y esta sedienta de amor, desbordante de pasión sobre nuestra piel.

Corremos tomados de las manos, se lanza al agua congelada y yo tiemblo más de miedo que de frio por tenerla tan cerca.

Toma mi rostro me besa. Luego hace una pausa para verme directo a los ojos.

Mi inseguridad tiembla de miedo, y yo pienso, solo en el momento, que transcurre implacable. Nos perdemos en el oleaje de la pasión mientras la lluvia nos acaricia la piel, haciéndonos uno. La noche transcurría lenta, mi rostro se cobijaba debajo de ella. Aquel cascaron plateado era una vez más, el testigo de mis pasiones, mientras con sutileza y amor puro. Habría el abrigo de su piel, esperando encontrar en el medio desu pecho, el secreto de la pasión; el desbordante deseo que me consumía cuando sus labios tocaban…

Escuchaba sus gemidos y de poco en poco, recorría con mis besos sus largas piernas; Su sonrisa lasciva hacia más intenso y sublime el momento, cuanto más la percibía más cercano era mi deseo. De sus piernas a su boca y bajaba hasta sus pezones que erectos respondían a mis caricias mientras el camino lo forjaba con mis labios hasta su sexo, bese lentamente su sexo, y me pose sobre su cuerpo, para darle una arremetida, con sutileza pero lleno de pasión. Su gemir me estremeció desde la punta de la cabeza hasta el último bello en mí ser.

Nos sentamos con los cuerpos desnudos frente a la luna, ella agacha la cabeza, y yo la abrazo y le susurró al oído, ¡eres tú!, ¿o solo eres mi ilusión?, ¿esta noche es real?,

Te espere durante años, un par de sentimientos acarician mis mejillas y se deslizan por su espalda. Y borran las caras largas después del momento de pasión. Me sonríe una vez más.

Tu puntuación:

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS