Ojos muertos…

Ojos muertos…

Williams Nuñez

22/01/2025

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Nadie podrá decir que Tony no tiene sensibilidad. El hijo de puta solo daña a los gatos. Negros especialmente. Su madre, quien murió hace ya unos años, le comentó que esos asquerosos animales son obra del Diablo y servidores de Brujas. Lo convenció de pequeño y le indujo a maltratar y  torturar a estos mininos, cuyo único pecado es tener ese color.

Su hermanastro Toto, tiene cinco años y retraso mental, se babea y en ocasiones no puede mantenerse en pie, se arrastra como gusano. Esto le divierte a Tony. Cuando su padre, Ramón, se junta con él, ambos ríen viendo al pequeño. El único que le acerca un poco de ternura a Toto, es el gatito de la vecina, Mary. Se acerca, refregándose contra su nariz, haciéndolo reír. Parece incluso que hablan. Toto con sus ojos y su deficiencia y el otro, con esa indescifrable mirada felina. Nunca supo Tony,  aquella misteriosa leyenda que dice que no debes tener cerca de tu boca, la de un gato. Porque de aquella manera,te roban el alma. Toto nunca lo sabría tampoco, porque no entiende el mundo real y a él, aquello no le afectaba. Hasta que su maldito hermano, colgó al gatito del tapial lindero, con una alambre de púas. Estuvo el minino un día entero, agonizante, desangrándose, Toto aullaba de dolor viéndolo morir y oyendo, sin entender, las carcajadas de Tony y de su padre.

Son las doce de la noche. El viejo y su maldito hijo, duermen. Uno borracho, desnudo, sobre el sucio sofá. El otro, boca arriba en la cama de su cuarto con una revista de fotos pornográficas abierta en su pecho, manoseadas sus páginas. La figura pequeñita entra sigilosamente al cuarto y besa suave y largamente la boca del dormido hermanastro, luego hace lo mismo con el borrachín. Ambos ni se enteran.

Toto sonríe y saca al gatito enterrado en el patio de la casa. Arrullándolo. Al día siguiente, Mary llega hasta el lugar, buscando su animalito y le sorprende ver al niño como si estuviese recuperado de su deficiencia. Este la mira, pronuncia el nombre del gato muerto ofreciéndoselo para que lo sostenga. Horrorizada, la joven corre a casa a contarles a sus familiares este inexplicable milagro …

Al entrar, estos encuentran dos cadáveres, con los ojos desmesuradamente abiertos, mirando hacia la nada. Con hilos de baba cayéndoles del costado de sus labios morados.

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