Había terminado la primaria el año pasado… Recuerdo que tenía 10 años.
Era un estudiante aplicado. Yo y, mis compañeros aceptábamos como verdad, todo lo que nuestros maestros enseñaban. Lo mismo pensaba de nuestros padres y los adultos. Siempre ellos tenían la razón.
Ahora que estoy en secundaria. Ya no pienso lo mismo…
Era el delegado del aula de 1ero.
—Miguel— se acercó al profesor. Y le dijo: ¡No cerraron el juego!…
Un inicio de horror se dibujó en su rostro, pareciera que hubiera regresado de entre los muertos.
Apenas podía contar lo que hace un rato había sucedido.
—Todos participamos del “Juego de Charly”— dijo sin detenerse, pronunciando agitadas palabras que cualquiera fuera la razón, tenía que tratarse de algo grave.
—¡No cerraron el juego! — le dijo al profesor. Con el gesto extraviado y el rostro horrorizado. Siguió diciendo. El colegio ya no será el mismo. Será maldito nuestro colegio. Apenas pudo contener el vómito que le obligó a devolver lo que hacía un rato había comido.
—¡Tranquilo!… trato de calmarle el profesor.
—No entiendo lo que dices… no hables más.
—¿Qué ocurre? — dijo el profesor. Apenas entró en el aula… Y, todo era histeria colectiva. El ambiente estaba cargado de una energía negativa. Los alumnos estaban fuera de control, como poseídos por un ser maligno. Unos lloraban. Otros hablaban incoherencias.
—Y Miguel dijo: Tenemos que poner fin al juego. Tengo un lápiz. Hagamos un círculo.
El profesor, Miguel, y dos alumnos. Hicieron el círculo… había que rezar primero para conjurar la malignidad de “Charly”.
—“Charly, Charly ¿Estás ahí?”— pregunto Miguel. ¿Qué quieres? ¿A quién quieres? El lápiz se movió y apunto al profesor.
En ese instante, se produjo un súbito resplandor en el aula, y el profesor vio como el espectro de “Charly”, apareció y se encontró cara a cara con el sobrenatural visitante, ahí de pie, y el espíritu a su lado.
Sobreponiéndose a la impresión. El profesor le pregunto: —¿Eres tú?… ¡Maldito idiota!… El profesor asustado. Pateo el lápiz, y esbozo tembloroso: ¡Vete del colegio! ¡No te queremos! De pronto. El profesor cayó al piso. Tuvo una muerte fulminante. Había tenido un paro cardíaco. Su corazón no resistió al enfrentamiento con “Charly”. Había vencido “Charly”, y vive en el colegio. Siempre hay hechos inexplicables, ruidos, luces que se encienden, alguien que te observa, carpetas que se caen, sombras que te siguen…
OPINIONES Y COMENTARIOS