Todo Y Nada

Todo Y Nada

Lola en Libertad

26/01/2025

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Todo Y Nada

Ella le habla de responsabilidad emocional.

El, la mira.

Con sus ojitos verdes, un poco cansados, pero que deja ver su mirada de niño alegre con regalo nuevo de Navidad.

Y le sonríe.

Ahí es cuando a ella se le olvidan sus convicciones de mujer independiente, empoderada, teorías sobre feminismo y feminazis, la teoría del orgasmo femenino ,sobe la maternidad elegida y el amor libre.

Y por un instante, lo quiere todo con él.

El casorio con vestido blanco y alianzas que diseñaron juntos.

La luna de Miel en algún lugar tropical.

Los hijos. Primero el varón, después la nena (cuanto más nena, mejor)

Y si, primero el hijo el varón, el orden de los factores, en ciertos casos, afecta el producto.

La casita con jardín y cerco blanco de madera.

Las vacaciones en familia en la playa de diciembre a enero.

El perro viejo y peludo medio ciego, apodado Nicolino.

Y la gatita que la nena encontró abandonada y trajo a casa.

Esperar la tardecita a que el vuelva del trabajo, aflojarle la corbata, desabrocharle los primeros botones de la camisa y …ante el beso cordial de él, ella responde con danzas de odaliscas, perfumada y emperifollada en un nuevo intento de rescatar algo, que ya ni recuerda que.

Aunque no sepa bailar como odalisca lo hará, y también le dará un tercer hijo si es necesario, dejando de lado sus sueños de escritora, o tal vez actriz, o pensándolo bien, cantante de tangos .

(cuanto más imposible el sueño, mejor)

Y con los años, la responsabilidad emocional se ira desdibujando, hasta volverse costumbre, miedo, bronca y frustración.

Sin siquiera recordar quien es quien en este juego de roles.

El, tendrá una amante, sin molestarse siquiera, a ocultarlo.

Recordando las palabras de su abuela, de que “el hombre es hombre” ella, con elegancia femenina elegirá mirar para otro costado. A fin de cuentas, el mantiene el hogar.

Tirados en la cama, los cuerpos jóvenes, inocentes, desnudos, húmedos y tibios luego de amor, en un abrazo tan fuerte como frágil y fugaz, él la mira y pregunta, casi como en plegaria.

  • – Decime, en una palabra, que es lo que queres.
  • – TODO. le contesta ella.

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