El joven, lejos de quedarse sumido en su miseria, alzó cabeza, su disciplina adquirida por un amplio esfuerzo de sus padres cobró significado en ese momento, lo ayudó a recordar que no todo terminaba tras una pérdida, que tenía un llamado mucho más grande por cumplir, pero, sobre todo, lo ayudó a recordar que la historia apenas comienza, hay esperanza, en el futuro los volverá a ver si se mantiene fiel al rey.
Las palabras de este caballero retumbaron en su corazón, lo que habría sido una noche oscura y fría, la peor de su vida, ahora cobraba sentido, no se puede aprender a ser un buen hombre sin antes ver los oscuros callejones de la soledad, aquellos que huyen de las pruebas nunca llegan a ningún lugar, pero, los niños que abrazan cada prueba y la ven como una oportunidad para mejorar, crecer, adquirir, soñar, estos son los hombres que han cambiado el mundo y lo seguirán cambiando.
Abrazando su dolor, siendo consciente que nada volvería a ser igual, este pequeño joven, emprendió su camino, se convirtió en un hombre.
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