La conversación en la cocina

La conversación en la cocina

Mei

09/02/2025

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Le pregunté a mi madre un día como se hacía un niño.

– ¡vaya pregunta haces hija! los niños nacen cuando dos personas se conocen durante mucho tiempo, se aman, se casan y van a dormir juntos. Entonces pasa un tiempo creciendo en la tripa de la mujer hasta que viene al mundo con la voluntad de Dios.

Todo me convenció en ese momento menos  «la voluntad de dios», porque aunque mi madre me llevaba a la iglesia nunca estuve segura de su existencia.

Vi a mi madre aliviada, y no pregunté más al respecto hasta ese día que visitamos a mi tía Carmen. 

Cuando llegamos mi prima María estaba llorando en el salón y no quería hablar. Así que fui a la cocina con el resto de la familia los cuales ni siquiera notaron mi existencia.

– ¿que vamos a hacer?, tiene solo trece años- dijo mi madre.

– ¡voy a matar a ese degenerado! -gritó mi tío mientras daba un puñetazo en la nevera. 

– ¡que vergüenza con la familia y las personas de la iglesia!- dijo mi tía Carmen entre sollozos.

– yo creo que lo mejor es un aborto, es muy pequeña y no está preparada. El «padre» es solo dos años mayor que ella, y no debe saber lo que está sucediendo siquiera- dijo mi madre.

– ¿un aborto? ¡estás loca! ¡eso es un asesinato!- gritó mi tía. La pobre no se contenía del llanto.

La palabra «aborto» sonó muy fuerte, no estaba segura de lo que significaba. Empecé a pensar, ¿mi prima está embarazada? ¿Tiene un bebé dentro? Me respondí que no, era imposible, estuvimos jugando en la PlayStation dos días antes, para mí era una niña como yo, y ella no tenía novio. Todo resultaba inverosímil en ese momento.

Mi abuela parecía aturdida desde el fondo del salón y se levantó muy despacio:

– esto hay que resolverlo, falta poco para que se den cuenta en el instituto.

Yo me sentí mal, una sensación de vergüenza subió por todo mi cuerpo y mis brazos y piernas se adormecieron, como cuando me comía los chocolates escondida o tenía que cambiarme la ropa delante de mis amigas. Ahora lo pienso y no entiendo mi reacción, yo no estaba embarazada, pero vi como desaparecía mi inocencia sin dejar rastro. Crecí en ese instante de una forma fugaz y aún tengo esa sensación cuando evoco ese recuerdo.

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