Mi madre era mi única familia, digo era porque murió el mismo día que vine al mundo, y digo murió porque es el único motivo que se me ocurre para que una madre abandone a su hija en su primer graznido. Mi suerte y mi desdicha se acompañan, nunca nadie me habla de ella, y si lo hacen, siempre me da la impresión de que mienten cuando pregunto. Lo único que conozco de mi pasado es que Adelina, la mujer que me cuida, bueno, junto a las demás, me recogió del suelo aún dentro de la bolsa amniótica, como un milagro decía, como mi nombre. En una de sus borracheras, me contó que pensaba que era algo no perteneciente a este mundo. Incluso, que barajó irse de allí asustada del sangriento escenario junto con la especie de bola de vísceras en el centro como única superviviente.
Las chicas siempre me trataban bien… y los hombres que entraban y salían.. bueno, por lo general ni me miraban, aunque prefería que fuese así, no me gustaba hablar con extraños, ni hablar por lo general, tampoco creo que hablasen mucho con las chicas, aunque tampoco hacía por enterarme, las mujeres de oficio no suelen hablar mucho de trabajo.. ni del pasado.
Llegados a este punto, aclararé que sí, me criaron en una especie de piso de putas. No había mucho que hacer por allí, por lo general, los lunes ayudaba a Adelina con la colada, y… el resto de la semana intentaba no molestar. Por las noches tenía que irme de casa para no incomodar a los clientes, a veces me iba a la autovía a tirar piedras a los coches desde lo oscuro, o buscaba en la basura mas cercana de algún McDonalds, fliparías con lo que es capaz de tirar la gente. Y a veces, si encontraba algún borrachuzo inconsciente aprovechaba y le robaba el reloj y la cartera, aunque no solían llevar gran cosa. Una noche, justo al salir de casa, encontré a uno de los que te he dicho, me sonaba de algo, era un sucio viejo pero, llevaba un reloj. Al intentar quitárselo, despertó y me agarro de la muñeca como si quisiese desmembrarme, grité el nombre de Adelina lo mas fuerte que pude.. cuando apareció, el hombre me soltó y me dijo:
– Vete con la puta de tu madre!
La miré y me miró.. no dije nada… quien era aquel viejo?
– Olvídalo.
Dijo Adelina.
OPINIONES Y COMENTARIOS