el mediodía se termina, es esta hora la mas llamativa para una persona que quiere controlar las cosas o para estar estable cierta cantidad de tiempo durante el día. Mantener un continuo en el tiempo espacio sirve para organizar cuestiones varias. El día estaba, soleado, poco agitado y el reloj marcaba las 11:45, para las 12 ya habría terminado de jugar con la pelota en la pared, lo hacia con la mano boteando continuamente con la pared, y la pared en su generosidad me la devolvía, estuve así unos minutos y me puse como finalidad levantarme a las 12 del sillón. Cuando la pelota se me escapaba de la mano en el bote con la pared, yo no me acomodaba como cualquier persona normal para recoger la pelota, mas bien yo hacia una actividad acrobática moviendo el sillón en la dirección de la pelota y la alcanzaba, casi no movía mi cuerpo, solo mis piernas y comenzaba de nuevo. Sé muy bien que el juego era cotidiano, que el juego era común en cualquier infante, así que esta vez para que el juego fuera mas entretenido, lo transformé en un torneo, entonces si la pelota lograba rebotar diez veces en el punto rojo de la pared ganaba el trofeo cubierto de oro y diamantes que daba la organización mundial, además lo mostraban por televisión y me otorgaba cierto poder de status en el pais, que hasta el presidente reconocería, no por ser una cuestión diplomática, sino porque el presidente seria un fanático de este deporte. El reloj indicaba las 11:55 y poco quedaba para levantarse del sillón, aunque seguía sin conseguir los anhelados diez botes consecutivos, logré acercarme en dos oportunidades, en una logré 7 seguidos, y en la otra cuatro intentos mas tarde, logré hacer 8 botes a la pinta roja consecutivos, para cuando el reloj marcó las 12:00 no había ganado el juego, pero como lo acorde anteriormente me levanté del sillón. Un extraño temblor sacudió la casa y a su vez un portal se abrió por delante de la puerta, y un hombre apareció con una medalla del tercer lugar, la medalla era de bronce puro, y decía premio al tercer lugar de la competición mundial de la pelota en el punto rojo de la pared de la casa, me fotografiaron con la medalla. El portal se cerró y se llevó consigo el rasgo imaginativo que se emplea en la adversidad cuando somos niños.
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