Un niño es lo mas preciado que el mundo tiene, son divertidos, lindos, y nos hacen felices, pero tambien son curiosos, quieren ver todo, saber todo, y eso muchas veces pone a los adultos en situaciones difíciles, como es el caso de un pequeño amigo mío, Gerald, el quería saber todo, y entro en un lugar donde no debía ir, tonto.
Ocurrió en un verano del 76, el pequeño niño de apenas siete años estaba jugando en el parque, a mi cuidado, yo estaba alimentando a las palomas que tenia cerca cuando el se me acerco con una duda muy peculiar.
-Abuelo tengo una duda- sabia que eso traería problemas- dime Gerald- ¿Por qué las personas mueren?- solté un largo suspiro, este tipo de situaciones son donde nos pone la inocencia y curiosidad de los niños
-¿Por qué quieres saber eso Gerald?- evadí la pregunta pero al parecer el niño no era tan tonto como imagine -Un niño me acaba de decir que la gente muere porque las matan- eso me sorprendió un poco, despues de todo no era común escuchar a un niño decir esas cosas y mucho menos que lo ande divulgando a los demás- veras Gerald algunos mueren porque los matan, otros porque ya llego su momento-respondí- ¿entonces si mato a alguien no significa que sea su momento?- respondió con un rostro de mera curiosidad – ¿Porque?¿Mataste a alguien?- pregunte en tono de broma y eche una pequeña risa, pero, el no se rio.
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