Aquel sendero por todos recorrido

Categoría: alumnos / 1º ESO

Un camino vacío, ocupado solo por mí, estoy atrapada en mi propio mundo, aislada; una puerta que se abre, una salida, una mano amiga, alguien que entra y me acompaña. Nuestras realidades se unen, se crean recuerdos, huellas, pero no de esas huellas en la arena que luego son borradas por la marea, sino huellas que quedan para siempre en tu corazón. Aquella persona que siempre guardaré en mi memoria, fue la ventana que me abrió al mundo, una ventana por la cual pasaba mucha luz, abierta de par en par, a través de la cual podía observar desde mi vida a los demás.

A partir de ese momento el camino que recorrí cambió por completo, ya no estaba aislada ni parada, sino que me dirigía hacia algún lugar ignoto: recorro una calle oscura, cuyo final no se ve; a medida que avanzas por ella, es alumbrada por la cálida luz de las personas. Me encuentro ante una bifurcación: dos opciones, elijo la derecha, continúo caminando, ignoro mi destino, la calle se llena de luces de colores, gente y alegría. Me detengo a disfrutar y después continúo mi travesía; en el camino me encuentro baches, obstáculos, cambios, pero nunca callejones sin salida. 

Cuando este camino haya acabado y lo empieces a echar de menos, valorarás la suerte que has tenido al haberlo recorrido.

AQUÍ ESTÁ EL SENDERO DE LA VIDA.