Categoría: 1ºBachiller
Mi mundo no es más que un rincón en la esquina del planeta, son las cuatro paredes de una caja de cerillas que comparto con los míos.
Mi mundo es pequeño, pero es bonito. No tiene riquezas ni caros adornos, pero los rayitos de sol que se cuelan por las rendijas convierten en oro las mosquitas de polvo que sobrevuelan por la estancia.
Mi mundo es a veces triste, pero casi siempre es alegría, pues no dejo que me calen los malos pensamientos y la ilusión es el fuego que, en las noches más oscuras, ilumina las cavernas de mi mente.
Pero mi mundo no es cerrado. Sus puertas y ventanas entremezclan los espacios con los de otros mundos, formando un batiburrillo de difícil comprensión… pero así me gusta, porque cualquier cosa siempre es mejor compartida.
Sin embargo, hay veces que las ventanas de vidrio y leds no me transportan sólo risas, y las desgracias que otros viven me golpean muy fuerte las entrañas y la hormiga que soy se vuelve más pequeña e insignificante.
Pero no paso mucho tiempo triste. Siempre hay una puerta que se abre y trae de nuevo la primavera a este pequeño reino.
Y por eso, pienso que es bueno que los pequeños mundos tengan cada vez más puertas que transmitan las risas y compartan las penas.
¿te animas a abrirlas conmigo?
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