Categoría: Alumnos
Curso: 3º E.S.O.
Jamás imaginé que nos tocaría vivir un mundo como el de hoy, pero así ha sido.
En este siglo alocado y caótico, hemos sufrido los terrores de un virus extraño que nos encerró
en casa por meses. De un rincón de China, surgió una enfermedad desconocida y cruel que se
llevó por delante a muchos y que a otros los ha dejado postrados o muy desvalidos.
Y también estamos sufriendo los azotes de una guerra en Europa. Una guerra como todas,
injusta y sangrienta, despiadada y cruel, en la que un abusón trata de imponer su fuerza a
alguien más débil.
Y además, todo ello desemboca en una crisis económica para todos los ciudadanos en la que
los más listos están aprovechado para llenarse los bolsillos a costa de todos los ciudadanos.
Está siendo un siglo injusto y duro en el que las noticias se llenan de injusticias y sangre, de
tristeza y dolor y se echan de menos gestos para cambiar este mundo.
Como Aquel que vino un día al mundo y nos llenó de amor y esperanza: un revolucionario, un
sanador, un amigo y un profeta. Un hombre sin estudios, el hijo de un carpintero que, herido
de amor por los hombres, vino para darle la vuelta a su mundo y los venideros, y cuyas
enseñanzas aún perduran.
Es muy difícil ser un idealista en estos tiempos, pero los pequeños gestos ayudan y se
contagian. Tal y como dice un proverbio chino «el leve aleteo de las alas de una mariposa se
puede sentir al otro lado del mundo».
Así pues, empecemos a aletear con pequeños gestos y así conseguiremos que nuestras
acciones contagien para tener un mundo más amable y justo,… antes de que la vida nos borre
el sueño.
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