Categoría: Comunidad Educativa
Ella paseaba por la calle desierta con un frío helador, una niebla cegadora, nadie se asomaba a las ventanas. Recordaba esas calles llenas de niños jugando hace tiempo, con personas que iban y venían. Ahora no quedaba nada, solo recuerdos.
En ese ambiente desolador, ella sonreía; era una sonrisa tranquila, madura y nada inquietante, como aquel que sabe su destino y disfruta cada día de esa revelación. Llegó al único lugar abierto, empujó la puerta con determinación y entró con alivio. Allí sólo había libros, estanterías llenas de aventuras, de reflexiones, de pasiones, de futuro.
Desde la inocencia, ella se preguntaba cómo había logrado sobrevivir a un mundo que ahora estaba desolado por la ignorancia y el egoísmo. No sabía que esa isla llena de cultura donde acudía alegremente cada mañana la había salvado. Allí encontraba siempre respuestas a todas la preguntas. Entre esas páginas llenas de luz, había aprendido que la dignidad, la lealtad y la valentía son valores que le iban a asegurar el futuro.
«Solo la cultura y la educación podrán salvarnos de este mundo».
¡Leed, malditos!
OPINIONES Y COMENTARIOS