Alumno 3º de Primaria
Había una vez un niño que se llamaba Toni que siempre tenía todos los caprichos que quería. Pedía sin parar chucherías, juguetes, cromos de fútbol, gusanitos… Muchas veces su madre intentaba decirle que no, pero al final le daba pena porque lloraba mucho y decía que sí.
Toni tenía un amigo que se llamaba Félix. Una mañana estaban sentados en la azotea del colegio. A Félix se le había olvidado el desayuno para el recreo y Toni, que tenía un paquete enterito de galletas de chocolate, no le dio ni una.
Hasta que un día los gobernantes del mundo comenzaron a hacer una gran guerra. Y toda la gente tenía que irse a refugios como el metro, trasteros y búnkers. Trataban muy mal a todas las personas, no les importaba que fueran muy mayores o muy pequeños. Toni y Félix se fueron con sus familias al metro. Toni tenía frío y mucho miedo. Félix le dio un abrazo y, cuando se le pasó, le dio una galleta.
Mientras estaban escondidos, Toni y Félix decidieron crear los «Estados Formidables», que eran mucho mejores que el mundo antiguo: todos se querían, no había guerra y eran mucho más felices.
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