Parasiempre observaba sus manos esposadas. ¿Cómo había podido hacerlo? Él que era poco dado a cambios. Se le cruzaron los cables sin duda. Recordaba aquella frase de la infancia:»Nada esta escrito para siempre, Parasiempre»-le dijo alguien hacía ya tanto tiempo…»»Parasiempre, para siempre me parece demasiado tiempo» Estos recuerdos le atormentaban en sus últimas horas…

Ahora, en su celda, esperando el veredicto, reconocía su crimen. Futuricidio, con premeditación y alevosía. Quien le mandaría meterse en política.

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