Cierro los ojos y escucho,
y siento…
el poder en mi pecho
que arranca pensamientos normales,
que me conduce a dimensiones irreales
que busca desprender
mis sentidos con mi espacio.
Enciende la llama
que calienta mi pecho,
empuja mi alma
hasta donde canta el viento,
la oscuridad apremia
a esta fuerza que surge dentro,
que me hace inmortal
por un breve tiempo.
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