LA PALABRA
Ahora que la luz ha sido sometida
Ahora que los sueños están encarcelados
Cuando se le niega al más querido un abrazo
Ahora, ahora sólo queda la palabra
Como en el principio
Sólo la palabra.
A LA POE
Así, como el corazón que late bajo el tablado.
Acusante, bicorde.
Como la queja velada del gato entre la pared.
Así, vociferante,
late mi corazón cuando te ve.
REMEMBRANZA
Un olor a almendras
me trae tu recuerdo.
La silueta de un árbol
que un día te bañó de sombra.
Son esos olores, huellas
que no borra el tiempo.
Que repican en la mente
como olas en la roca.
Te contemplo en la hoja
que cae presurosa.
En las páginas del diario
que leí esta mañana.
Un olor a almendras
me trae tu recuerdo.
Un olor a almendras.
El tiempo calla.
LAS MOSCAS
Las moscas, impúdicas,
son las primeras en acercarse a la mortaja.
Ellas no saben de amenazas, pasquines o panfletos.
El viento las arrastra con ímpetu
hacia la sala poseída por el miedo.
En donde, en otros tiempos,
se había instaurado la alegría
Las moscas llegan con las patas llenas de muerte.
Sus ejércitos devoran los sueños,
las esperanzas y las pocas sonrisas
que habitaban los espacios.
Las moscas no son culpables, para eso fueron creadas.
Culpable Dios que nos hizo mortales
y nos señaló como su sustento.
Qué bueno es ser mosca
en un país donde reina el miedo.
TARCILA
No ha quebrado el tiempo
tu ímpetu mulata.
Ni siquiera esas tristezas
que laceran tu cuerpo.
La lucha se ha instalado
en esas manitos de araña
con las que hilabas alegrías
en una taza de café.
Sí, te recuerdo cada día.
Cómo no recodar esas cejas encontradas
bajo tu ceño fruncido,
tu devoción ciega
al crucificado de la Villa,
o las tardes en que, como pata parida,
nos llevabas a corretear reinas.
Es el tiempo, Tarcila, es el tiempo.
Es un abismo de risas
de llantos,
de gozos,
de lamentos.
Un día es un porro de Pablito Flores
que bailas con euforia
y otro es una lágrima amarga
que ofreces a tus santos
por la pierna del viejo.
Es la vida, mi vieja, es la vida.
Para unos es casabe
para otros, dulce de coco.
Recoge en tu seno lo que has cosechado.
No olvides, mi vieja,
que es tuyo mi verso.
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