La vida se me escapa en la misma medida

en que el amor no me merece,

holocausto cruel esto de sentirse adverso,

séame el cansancio una excusa vulnerable

o una inspiración carente de entusiasmo.

Siento que el amor se me murió en esta y

siete reencarnaciones mas,

sé que la última verdad no prevalece

para que esperar el último reducto?.

No, ya me están haciendo daño las nostalgias,

se me pierde la capacidad de asfixia

se me clavan los recuerdos

en algo que da vueltas… y da vueltas….y da vueltas

¿será que cometí algún

error en el procedimiento?.

Saldo a mi favor.

Evoluciono, siendo aquél que no crece…

y mi dimensión es tanta

que no quepo en la nada

y el todo, es un apocope

de lo que he venido siendo,

y a pesar de ser entero

formo parte de la mitad de todo

y mi inmensidad no alcanza

para cubrir un poco;

porque mi crecer es de otro modo,

hacia adentro,

donde hay un cosmos que no ocupa nadie,

donde me lleno de la pequeñez del mundo,

me nutro de la simpleza que succiono

de lo que otros creen elaborado,

y me sacio con las sobras de lo que está lleno,

no me vale nada incrementarme

con la escasez, la poquedad y la avaricia

con que atesoro por ejemplo

…. tu mirada.

Yoísmo con tendencia.

Yo soy yo,

y no soy ese

ni éste, ni aquél, ni el otro,

no soy de centro, ni de izquierda

ni de derecha,

no conozco lateralidad alguna;

soy de arriba

y por debajo meneo la lengua sin murmullos

no nací para no ser

y soy cada vez que nazco

y no enfermo y no muero

…agonizo….

soy sólo una pequeña muestra

que se le escapó a la perfección

y que unge y que refriega

y que se jacta de ser ese

maravilloso ungüento lacerante

nunca fui, nunca me he ido

no vendré, tal vez no permanezca,

no soy ni rojo, ni amarillo,

mi paletera es neutra

y mi arco iris negro

y la vida se me pasa en sepia,

y no soy rock, ni soy bolero,

ni son antillano, ni pasillo

mi melodía es ajena

y tengo un walkman insonoro

y dos o tres amigos que se tiran de cantantes.

No soy ni marihuano, ni marlboro

ni anti yanqui o pro cubano

no sé del che ni de la hache

y los únicos misiles que me apuntan

no se oprimirán nunca;

no formo parte, ni me ato,

soy solo un profano que ni siquiera arenga

y tengo un jean roto

y un pantalón de lino

y no soy irreverente

ni reverente

ni verente

soy un ente…

y tengo el error de cometer errores

no soy claro, ni oscuro

y mis fotografías tristes

traen negativos que ríen,

no soy buen hijo

ni buen hermano,

ni buen amigo

creo no ser bueno en nada

tengo insomnio

y soy sensible

y un corazón que se cansa

y un cerebro que no descansa

y una sombra

y una proyección opaca,

no tengo seguridades

y la soledad no me alcanza

y las lágrimas se me perdieron

en algún recodo del desierto

donde un bufón y sus secuaces

secuestraron mi desgana

y que piden a cambio

para liberarme

que tu me mires y sonrías,

ahora recuerdo que yo solo

y a pesar de todo

….te amo….

Consulta interna.

He decidido convocar las sensaciones

al proceso triste de elegir alguna,

que represente este entusiasmo

que se instala en el cubículo de este semblante.

Pueden concurrir aquellas

que se hayan inscrito,

y que se hayan paseado por la plaza pública del abandono, o las que hayan sobrevivido

al cociente, después de haber sumado y restado

uno que otro sudor, uno que otro espasmo.

Serán elegibles solo aquellas que no tengan

falsos antecedentes,

aquellas que no se hayan quemado en elecciones precarias y las que muestren posibilidad alguna de ganancia.

Deberán abstenerse las persistentemente derrotadas,

las anacrónicas que no rehacen su discurso,

las que no hayan sobrevivido a tu sonrisa cuando me dijiste no,

y las que aún se instalan en los ojos y se mojan cuando te veo a lo lejos.

Pac man.

Como se me queda en blanco la mente,

cuando intento reafirmarme en tus recuerdos

navego entre la duda

de no saber si es el olvido

o el desasosiego.

Pasto en las llanuras de tu soledad

sin calma, como las manadas desbocadas en el llano

y en el espasmo que me da la quietud

oigo mis latidos al acecho.

Como te fuiste, antes de que todo pasara

y después de que todo paso

naufrago entre la frustración y la abundancia

y la alegría, como un pacman

persigue tus sonrisas y las come.

A fuerza.

Cansémonos, de tanto mirar estiércol en los ojos,

de tanto falsear sonrisas en las caras,

de tanto caminar despacio y sin ahínco,

de tanto amanecer, de tanta vespertina,

de tanta noche rota, del recuerdo,

de los falsos retrocesos y de los procesos,

de los buenos pensamientos, de los malos pensamientos

de los pensamientos regulares y los seculares si existiesen.

Cansémonos de esta intención de hacernos

la existencia triste

de los lastres que le pesan a cualquiera

de asistir siempre faltos de entusiasmo,

de caminar, de divagar

de pasarnos sin darnos cuenta,

de irnos uno a uno sin secuencia

de observarnos, de insinuarnos, de rozarnos

de esta lumbre que alumbra en cualquier parte

de este sol que sube y baja

de su democracia calorífica,

del fervor, de la paciencia,

cansémonos de ser frenéticos e insuperables

de llegarnos casi siempre inabordables,

de buscarte, de buscarme, de buscarnos

de cuestionarse hasta el último insuceso,

de las frases que maltratan o desarman,

de la cordura y su pasabordo a la ignorancia,

de la estulticia preventiva … y de la piedra,

cansémonos de la misa, dela procesión y del rosario,

de los santos sin capilla,

del santo sudario y su carbono catorce.

Cansémonos del fútbol y del nocaut técnico,

de la perífrasis y de la síntesis

del desarrollo evolutivo… y del hombre,

cansémonos de hacer fila para esperar un turno,

cánsome de esperar que me adjudiques,

del reloj y del ocaso, cansémonos igualmente,

del encierro, de la libertad convulsa,

de nuestra intencionalidad mezquina,

de los abrazos, de las caricias y los besos

de las náuseas exogínicas.

De las novelas que desangran,

y de la música y quien canta,

del teatro y quienes actuamos,

cansémonos de ser residentes paulatinos,

del océano que marca y la tierra que nos enmarca,

del cielo siempre azul,

de los consejos en la espalda

de la proscrita génesis del silencio,

de nuestras voces mutuas, de nuestra soledad en coro,

cansémonos de ser a veces y ser a medias,

cansémonos de no llegar tan solo simplemente

cansémonos de todo

pero por favor…

… cansémonos juntos.

Intercambio humanitario.

Te propongo hoy

una estrategia que ponga fin

a este conflicto de no tenerte

entre mis brazos.

Prisionero como he estado de tus

sueños clandestinos

hago un llamado urgente

para que sin intermediarios

liberes nuestras pieles del atasco

de estar tan cerca y tan lejos.

Dispuesto como sigo a llegar al lugar

de tus corazas

describo como nefastas

estas negociaciones sin futuro

y preparo por si acaso

una operación armada

para salvarte de tus temores

y darte la liberación de un beso.

Obituario.

Tengo los ojos colgados del anden,

de la esquina, de la calle

donde cruzamos algún día enamorados

el rumbo de la vida en que creímos juntos.

Tengo los pasos lentos, duros, inconclusos

y la brújula fijada en el desatino

con rumbo ¡otra vez! al retroceso

con esta lengua pesada, que se ha quedado seca desde que no estas.

Me quedo con este inventario de vacíos que se desvanecen,

con éste deambular mecánico y sin rumbo

y con el nudito en la garganta impertinente

cuando llega el desazón y me hago lento.

¡Como nos quedo grande el amor cuando lo fuimos todo!

como siendo juntos nos desapegamos,

como cada cercanía fue abriendo las distancias

como no nos dimos cuenta ¡estábamos muriendo!

Ahora, cargando este cadáver, este abrume de huesos en la espalda,

me voy aligerando este sopor, este cansancio

pongo los ojos en la gente y me pregunto:

dónde iré a poner este destierro?

Silencio.

Cuando me pongo en el uso borroso

del ejercicio del olvido

y voy aniquilando tus sonrisas

de septiembre a septiembre

voy tomando dimensiones exactas de la fascinación

y voy colapsando en el intento.

Como siento el rencor ineludible,

y hasta se me encharca el ojo

cuando me paro en esta esquina

y te recobro

hago como si el olvido

hubiese ya obrado en mi

y me trago tus recuerdos sin suspiro.

For sale.

He llegado,

tomo posesión y en tus certezas

anclo hoy, el barco del desasosiego;

como fingiste, cuando yo mejor actuaba,

te entrego hoy el rol del desatino

en un acto pasajero que no tiene pausas.

Te toca eso si, echar mano del ahogo,

bien sea en el crepúsculo o la aurora

o la hora que a mejor te venga…

ah! Y no olvides recrear el entre acto.

Cuando sienta que tengo que evadirme

te invitaré al desalojo de lo eximio,

desmantelaremos juntos tus desganas y las mías

y pondremos el inefable anuncio del

se vende.

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