Despertar de un pasaje soñado,
sentir el calor de las sábanas,
sentir y querer seguir soñando,
seguir soñando, si es dulce el sueño,
cerrar los ojos, ceñir la almohada,
seguir soñando, reír con empeño.
Despertar de un triste y mal sueño,
sentir el alivio de despertar,
sentir gran calma, si fue un mal sueño,
volar la mente, respirar profundo,
alegrarse mucho de despertar;
o quizá lo soñado es de este mundo.
Son acaso pasajes de vida?,
cada uno es un súbito despertar?,
al gozo y la tristeza da cabida?.
No lo sé, mas así me parece,
que en el transitar de la existencia
uno y otro sueño nos acontece.
Sentir la plenitud que nos atrapa,
sonreír por los logros alcanzados,
despertar de pronto a otra etapa;
sentir tristeza por una tragedia,
llorar mirando la desolación,
despertar de pronto a otra etapa.
Sentir un profundo y cruel vacío,
sensación de volver a empezar,
volver a llenarlo con hastío,
palpar el desierto necesario,
triste vacío marcando el alma,
sórdido vacío, pero necesario.
¡Vale la pena volver a llenarlo?.
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