Llora mi Colombia, por tanta decepción,

Llora con el alma, llora con clamor,

Esperando no morir de hambre,

Por culpa de tanta corrupción,

Que hoy amenaza la nación.

El campo está olvidado,

No hay ayudas, no hay cuidados,

Se secan las tierras, se muere el ganado,

Y no diga nada, permanezca callado,

Porque los ejércitos están armados.

No te quejes por salud, el hospital está cerrado,

Y olvida las medicinas, tu seguro está agotado,

Ya parece que el de arriba está enojado,

Manda a su ejército y te deja callado,

Y si estas de suerte, puedes quedar amenazado.

De educación ni te cuento, mi país está olvidado,

No cuentan con escuelas, ni un espacio adecuado,

Que permita que los niños aprendan a no quedarse callados,

Que comiencen a reflexionar, que no vivan anclados,

Y eviten que el gobierno, los convierta en sus esclavos.

Mi Colombia llora a mares, porque le falta el trabajo,

La gente muere de hambre, no tiene techo ni comida,

Se acuestan bien de noche y se levantan muy temprano,

Porque el trabajador informal, llega con la espalda partida,

Después de trabajar duro y dejar su labor cumplida.

Y la justicia nada ayuda, solo defiende al de arriba,

Colocándonos más impuestos y clavándonos el iva,

Privándonos del trabajo, sometiendo al de abajo,

Cual si fuera un esclavo, ¡el impuesto le clavo!,

Tapando la corrupción, a lo largo de mi nación.

No podemos exigir nada, hasta la opinión esta vetada,

Y solo dolor nos queda, con la muerte de tanta gente,

Que quiso luchar con su vida y terminó boca arriba,

Batallando por sus derechos y poniéndoles el pecho,

Y el valiente temor siente, que asesinen al inocente.

«Recuerde escuchar callado y tenga mucho cuidado,

Porque si habla demasiado, lo pueden dejar acostado».

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