Aroma de Rosas; mares atraviesas, selvas y montañas.
Aroma de flores andinas; recorres el mismo camino.
—
Pétalos de hermosa rebeldía,
retan al destino
con cantos de libertad.
Irrumpen tiempo oscuro,
cruces y fusiles,
ayes y tortura en ensangrentada calle,
en cada puerta destrozada,
en cada celda.
¡Rosas pañuelos al viento!
—
Trece preciosas Rosas,
manos trabajadoras,
melodía, piano.
Voces que no silencian,
ni en Ventas, ni desnudas,
ni en la mesa de los miserables,
ni frente al muro de la infamia.
¡Rosas coraje!
—
Trece jóvenes caen,
aquella mañana gris agosto.
—
Treinta, ochenta años después…
flores andinas se juntan,
dignas, en junio y octubre.
Flor de retama, flor de ñachag, amarillitas.
Misma fragancia libre,
rojo aroma, negra costra,
sonrisa azul,
espina en el poder.
Los mismos ojos luceros
miran al futuro.
Las balas asesinas no alcanzan,
ya son luz pueblo.
¡Rosas proletarias!
—
Adiós Rosas madrileñas.
Adiós flores de retama y ñachag.
Resuciten de la mano
en un justo mundo soñado,
de surcos, vientres y frutos compartidos.
De abrazos hermanos.
—
Pájaro azul, levanta tu vuelo como ángel de luz.
Agüita de remedio, inunda nuestras almas.
¡Rosas mujeres!
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