Un nudo en el corazón,
Los vasos como cuerdas.
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El ánimo bajo el cero,
Cuando el agua congela
Y el alma cristaliza
En un perpetuo invierno.
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Heridas producto de agresiones inhumanas,
Un cuerpo y un espíritu
En siniestro total.
Y no hay taller.
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Sólo hay palabra, que no cura,
Y química, que aletarga el mal,
Muy lejos de solucionarlo.
.
Todo negado.
El amor, la diversión.
Por demás el encierro agravado,
Por una coyuntura incierta.
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¿Quién puede llamarme pesimista,
si no ha visto con mis ojos,
los de sentir?
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Pueden ser horas, días o semanas,
En que subo demasiado alto,
Y mis alas de oro se derriten al Sol.
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Caigo con estruendo
Y me llevo un duro golpe,
Pero poco a poco se regeneran,
Y de nuevo vuelvo a pisar la tierra.
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A descansar sobre mis pies…
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