I
Somos opuestos
los cuales nos atraemos,
somos lo incorrecto, lo fugaz y el fuego,
mas la llama nace en nuestro epicentro.
II
Somos todo y a la vez nada;
pues mi vida sin ti sería desdichada,
mas a tu lado se pierde la calma
vivo encerrada en la tormenta que es tu alma.
III
Somos la vida y la muerte;
vivía en muerte antes de conocerte,
somos bestias capaces de matar por tenerte.
IV
Somos lo insano, lo obsesivo y lo prohibido
mas ese es nuestro incentivo,
amarnos a escondidas es una porquería,
pero revelarlos ante el mundo como lo que somos;
dos animales salvajes que se devoran a su antojo,
roza lo morboso.
V
Somos lo enfermizo,
lo que no debía ocurrir ni en inventiva,
mas desatamos nuestras pasiones sin importar el daño que deriva,
pues ellos solo son daños colaterales
que sanaran cuando el tiempo lo decida.
VI
Somos egoístas y hasta antinaturales,
mas no importa lo que seamos
siempre y cuando seamos la envidia de todos los males.
VII
Somos lo que nadie se imaginó
y aún así sucedió,
somos el odio que le dio paso al amor.
VIII
Somos los que todos envidian,
somos los malos de la película,
no somos los buenos; ni tratamos de serlo
pues nuestro vivir no es eterno,
lo único que perdurará es un amor sin desenfreno.
IX
Somos lo que nadie comprenderá,
pero aun así anhelaran,
somos los villanos en el juego del azar,
pero a fin de cuentas
nadie decide a quién amar.
X
Somos el fruto prohibido,
somos pecadores que no buscan redención,
somos el claro ejemplo de lo que no se debe hacer,
somos Adán y Eva sin el Edén.
XI
Somos el deseo encarnado,
la lujuria y la tentación,
somos todo lo malo que se pueda disfrutar,
somos demonios frente un altar,
somos el firme ejemplo de lo que es pecar.
Valeria Abad Granadillo
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