Esta historia comienza, a mediados de septiembre,
Cómo extraños, nos cruzamos, sin saber que sería para siempre
Yo, venía de ilusionarme con un querer, sin corresponder
Vos, luchabas, con una situación inesperada. Pero Dios te hizo mi guerrero incondicional
Siempre habías estado allí pero yo, estaba distraída con la mirada perdida, en el anochecer de mi vida
Desde hace algunos años, sos mi otra mitad Un bálsamo. En mi caminar
Ojos de cielo, transparentes cómo el mar
Mis rulos se trepan por tú mano, con tierna caricia angelical
Cómplices, compañeros e inseparables.
Riendo a menudo de cosas sin sentido.
Como niños inocentes, traspasando toda imaginación
Añoro, que nuestros últimos días, sean juntos.
Recorriendo el parque, mientras oímos la risa de los jóvenes enamorados
Recordando anecdotas de nuestro tiempo soñado.
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