Oh! alma nocturna que taciturna me mira la noche, hoy es una noche de recuerdos y de reproches.
Nos conocimos cuando solo éramos sombras que deambulaban entre escombros de una sociedad que se carcomía en el trajín rutinario, en un mundo ensimismado.
El viento del éste soplaba cuando apareciste en mi vida y a escaso tiempo de una partida blanca e inesperada, tuve la casualidad mas hermosa que he podido experimentar cuando tus ojos me tocaron, porque si, los ojos también pueden tocar y es esa sensación de un frío acariciando toda la espalda, escudriñando la médula hasta penetrar el alma y suspirar o simplemente colapsar cada paradigma de amor que solemos muchas veces y con error tener.
Bien sabemos nosotros que a veces encontramos lo que mas queremos cuando menos lo necesitamos, pues ese era yo solitario consumiendo las fantasías de dumas en una esquina fabulando las denodadas querellas de los mosqueteros de la francia del siglo XVII, cuando llegaste solo era yo y solo yo un egoísmo rotundo en un hermético mundo llegaste y el invierno bajo tus alas con la mirada mas cruda como dulce y descarada ojos que examinan todos los pecados que desnudan el seso y que te vuelven vulnerable.
Hoy en que no estás es cuando mas pienso y me pregunto si hice bien en dejarte volar, si debí seguir intentando pues mi mundo es una jaula y tú un Quetzal que necesita ser libre, una relación que perfecta pudo ser quizá en un mundo del vasto multiverso pero en este no, hoy que no estas es cuando mas sólo me siento cuando mas sueño y no te encuentro y quizá si en un viaje astral pudiera solo verte mas no tocarte si tan solo pudiera calmar mi vicio al contemplar tu piel bajo el claro de luna en Vermont, si tan solo pudiera consumir cada pensamiento en la química de tu alma y la mía, muchos deseos y pocas las realidades.
Mi amada Eliza hoy que la pandemia nos dijo ¡No! me pregunto si aún miraras el cielo y me buscaras en dirección a los astros que rigen el firmamento y me hallarás aún contemplando el alma tuya envuelta en esa piel canela que tanto amé.
Hoy que es invierno, hoy que a mi ventana sopla el viento, si, el mismo viento del este que te trajo de la cordillera hasta mí es cuando te pienso y noto que no existo por que ahora en mi vida hay un antes y un después de ti un antes de amar y ser amado.
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