El corazón ha escrito.

El corazón ha escrito.

Ya casi es de noche

Ya casi es de noche, pero no lo has notado aún,

las estrellas ya se asoman, y se dan a notar,

pero sigues caminando lento,

y no te atreves a mirar.

Estando solo, escuchas al viento,

parece que te quisiera hablar,

el color triste del firmamento

dará paso a la oscuridad.

Allí donde los rayos de luz,

huyen de su verdadero hogar,

buscando un refugio entre las nubes,

y entre el silencio de la soledad.

La luna ya se está viendo,

hoy parece estar acompañada,

no por el canto del viento,

sino por un alma abandonada.

Ya casi es de noche,

pero aún no he podido mirarte,

tú, como estrella en el cielo,

estás cada vez más distante.

Anhelaba poder verte,

aunque estuvieras tan lejos,

y entonces, la luna me quiso ayudar,

me dio su luz para ver tu reflejo,

sobre las calmadas olas del mar.

El suave murmullo de un árbol,

y una constelación sobre mí,

me consuelan esta noche,

esta noche que no estás aquí.

Ya casi es de noche,

y los sueños no han vuelto a mí,

han volado hacia aquella vez,

el día en que te perdí.

Intento buscarte una vez más,

porque mi corazón no tiene prisa

es mi última oportunidad,

para contemplar tu sonrisa.

Si te observo por última vez,

no importa si es un momento,

podrás calmar dentro de mí,

tanto dolor y sufrimiento.

ya casi es de noche,

y aun no me quiero ir,

pero es hora de cerrar los ojos,

para olvidarme de ti.

Ya casi es de noche,

Y no me pude despedir.

LA VIDA EN UN SUSPIRO

Un obsequio se asoma,

en las manos de un anciano,

es pequeño, es sencillo,

hasta puede tomarlo en sus manos.

Algunos dicen que no lo es,

que es un enorme tesoro,

que, sin necesidad de buscarlo,

con amor, nos ha sido dado.

Sin haber recibido el regalo,

ya temes perderlo,

crees que te durará poco,

o tendrás que devolverlo.

No es así, te responden,

disfrútalo, no lo dejes,

o más tarde llorarán,

al ver que no aparece.

Algunos le dicen que es un don,

tú no sabes cómo llamarlo,

simplemente, lo llevas contigo,

para quererlo y amarlo.

Ese don es la vida, tú vida,

Único ser personal,

una persona que ha sido creada,

para sentir lo que es amar.

Entonces, te das cuenta,

de la maravilla de estar vivo,

y cuando encuentras al primer amor,

disfrutas cada instante que está contigo.

Es mediodía para ti,

para algunos ya es más tarde,

entonces sufres aquella partida,

de quienes juraron amarte.

Buscas un refugio,

pero no logras hallarlo,

corres y corres en vano,

hasta el abrazo más cercano

Sientes el calor,

la paz y el consuelo,

de quienes prometen estar,

a tu lado en los días de duelo.

El dolor, ya va pasando,

conforme corren las horas,

pero cuando menos te des cuenta,

no serás tú la que llora.

Ahora es tarde para ti,

pero has encontrado compañía,

que está dispuesto a emprender contigo,

esta maravillosa travesía.

Y en medio de tanta ternura,

ves la sonrisa de un niño,

es tu reflejo encendido,

la luz de tu noche oscura.

Se va acercando la noche,

y te has vestido de gala,

te has cubierto el cuerpo con ceda,

y el cabello de lana.

Ha llegado el final del día,

y ya es hora de volver,

a la eterna morada celeste,

de donde saliste una vez.

LOS SUEÑOS DE UNA TRISTE TARDE

Hoy, escuché tu voz,

Y vi tu rostro en el cielo,

Y cuando llegabas a mí,

Desperté y vi que era solo un sueño.

Todos me atacan diciendo,

¡ya no la busques más!

Puedes salir muy herido,

O perderte en la oscuridad.

Yo prefiero perderme,

Y la muerte enfrentar,

Al menos feliz me habré ido,

Al ver lo que una vez quise hallar.

¿Acaso no amas esto?

No se cansan de repetirme,

La vida de hoy, lo es todo,

Es lo que intentan decirme.

Pero yo no busco salir,

O huir de esta realidad,

Solo quiero volar en busca,

De mi verdadera felicidad.

Hace frío, y empieza a atardecer,

Cae el sol, y comienza a anochecer,

Y también caen mis lágrimas,

Porque no te puedo tener.

He bajado la cabeza,

Me estoy dando por vencido,

Mi corazón que alumbraba de lejos,

Comienza a perder su brillo.

Entonces escucho tu voz,

Y veo tus ojos azules,

Tan bellos y llenos de vida,

Como los maravillosos abedules.

Pero aunque estás tan cerca de mí,

Comienzo a sentir miedo,

De algún momento despertar,

Y solo sea un recuerdo.

Pero no es así como pienso,

De verdad, estás aquí,

Lo que comenzó por un sueño,

Se hizo realidad para mí.

Entonces, me tomas de la mano,

Prometes no soltarla jamás,

Y en ese instante mi alma,

Se llena de felicidad.

Algunos desdichados vociferan:

algún día se irá,

pues la amargura que en ellos impera,

no los deja soñar.

Otros en cambio dicen,

que eres producto de mi imaginación,

algo abstracto , sin sentido,

engendrado por mi razón. 

Pero tú, para mi corazón,

Eres alguien real.

ta real como el aire , que sin verse o sentirse ,

en la vida misma , es un principio vital.

Estos, son los sueños,

Como las estrellas del cielo,

solo vemos que están muy lejos,

Cuando en realidad lo que importa,

Es el amor con que el que creemos.

Porque a veces nosotros mismos,

Ponemos esa barrera,

Que impide cumplir anhelos,

Y descubrir lo que nos espera.

FRÁGIL VOLUNTAD

Hoy, no he visto el atardecer.

El cielo me estuvo esperando,

el sol lloró intensamente,

el viento vino a buscarme.

pero yo, no lo quise ver.

Ya son muchas las noches,

Y perpetuos lamentos,

recuerdos violentos,

de un fiel firmamento,

que no busca condena

a mi cobarde querer.

He podido limpiar mis ojos,

y curar mis heridas,

con tus cálidos brazos caídos,

pero el enojo de una triste vida,

no me permitió ser tu amigo.

Triste y cabizbajo he caminado,

por las sombras de mis pensamientos,

escondiéndome de la realidad,

y dejándome guiar por el viento.

Pues, no logro perdonar el dolor,

que ha causado este hombre sin luz,

que se ha perdido en la oscuridad,

donde sigue cargando su cruz.

Hoy alguien, me dijo:

camina sin detenerte,

pues mañana será otro día,

para mirar al sol ponerse.

La inquietud, comienza a atacarme,

pero la virtud se ha vuelto mi escudo,

la inteligencia ha venido a buscarme,

y así la duda conmigo no pudo.

No sé qué día es hoy,

ni la exactitud de este momento,

yo solo caminando voy,

perdiendo la noción del tiempo.

Entonces, ante mí aparece,

brillante como un as de luz,

majestuoso como la montaña,

muy cerca de la juventud.

Es la esencia que llevo dentro,

la que se eleva y comienza a crecer,

todo es gracias al fiel sustento,

que obsequia mi acto de ser.

Y así, llega la noche,

después de haberme perdido

entre la oscuridad de mis decisiones,

y la miseria de mis instintos.

Y así, he sido encontrado,

por la recta conciencia del alma,

que, como un rayo del atardecer,

te ilumina, te acaricia, y te calma.

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