Me dijeron hemos de visitarla, más sin verle no dejo de pensarle, me convenció la añoranza de abrazarle, la urgencia de recordar su abrigo en mis con pesares, en mis días de alegría y en mis días de confución, sí era a mi madre a quien veía donde nunca quise verla, despidiéndose de mí aún sin saber yo que era así. fue el último día que en vida la vi. Ella comenzó a vivir y yo al fin entendí que a mi mejor amiga perdí.
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