Banda sonora: La Dispute interpretando la canción «Woman (In Mirror)».
Es esta la dura historia
de una alma muy diferente,
que dejó crecer en su mente
su más triste y vil memoria.
Vio su momento de gloria
en la infancia que vivía.
Cuán más fuerte se ponía
más su sentimiento ocultaba,
aquel día en que su madre
en la cama reposaba.
Condenada a la tristeza
su alma escucha ese relato.
Una lágrima en el retrato
y un par de notas en la mesa.
Hoy su corazón empieza
a bajar su ritmo estable…
No hay persona con quien hable
de lo que oculta en su mente,
y soporta eternamente
un dolor insoportable.
No recibía visitas,
y se había preocupado.
Su padre estaba muy triste
y trataba de ayudarlo.
Ese dolor, sin embargo,
pudo más que cualquier cosa.
De un mundo de color rosa,
a una escena color sepia
planeando con estrategia
cerrar su herida aquejosa.
Pensó que ya no había
razón por la cual respirar.
¿Cómo su vida ha de gozar,
si va muriendo día a día?
Quizás ya nadie podría
darse cuenta qué sintió,
pero alguien ya lo intentó
escribiendo una poesía,
que en sus renglones decía
lo que nunca se animó.
Muchas veces se tropezó
tomando sus decisiones,
y fueron premoniciones
lo que entonces visualizó.
Fue tanto el miedo que tembló
dejando mostrar su llanto.
Quiso ocultar con un manto
su cara teñida de rojo,
porque era tanto el enojo
que se convirtió en espanto.
Pasaron los años y, un día,
de su viejo hogar se marchó.
Y fue entonces que aprovechó
para saludar a su tía,
mientras esta ahora yacía
en un ataúd abierto,
Dijo, “No puede ser cierto
que una vida tan amada
hoy se encuentre tan helada
como agua bajo el viento”.
Corría tan joven su alma
por el medio de una calle.
No había nadie que halle
en su conciencia la calma,
y por una de sus palmas
corría su roja sangre.
«Piel atada con alambre
y cortada con acero».
Trataron de hacer algo, pero…
era demasiado tarde.
Así cayó lentamente
pintando en rojo el asfalto.
Una persona dio un salto
de impresión al ver la escena…
Solo fue otra alma en pena
viviendo un sueño profundo
donde en cuestión de un segundo,
los recuerdos que no mueren
traen acciones que no viven
para pertenecer a este mundo.
-Lucio Isaurralde Bardallo
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