Ya eran varios años, estaba encapsulado en esa estrecha nave, recorriendo por diferentes planetas, esta aventura culminó ayer; sí, como lo acaban de leer, ayer terminó está horrenda y hermosa historia de amor y desencanto; el día más esperado de mi vida. En ese momento, yo era manojo de nervios, la intriga y la zozobra hacía palpitar este pequeño motor de carne llamado corazón. Mis manos ansiosas preparaban el último cigarrillo que fue comprado en el planeta Tentación, mientras la nave iba acercándose a la estrella de la vida, mis expectativas crecían y mi respiración se aceleraba como una locomotora.

Decidí sentarme frente a la ventana y la primera impresión que me llevé, es sobre el silencio sepulcral, la tranquilidad, la paz que sentía y frente a mis ojos una majestuosa estrella de color azul, su presencia radiaba una energía indescriptible y sentía que me iba absorbiendo más y más. Con los ojos lagrimeantes y mi voz quebrantada, pego el último grito, ¡Katrinaaaaa, sal de ahí!, daba la impresión, que mi voz hacía un eco expansivo sobre todo el planeta; la poca magia que me quedaba, la utilicé para realizar un hechizo y obtener una respuesta inmediata de la estrella, pues, no funcionó. Utilicé trucos que de niño practicaba, insistí gritándole a la estrella hasta romperme la voz. De tantos intentos frustrados, decido entrar a la estrella, mi nave comienza a tener problemas y pierdo el control al aterrizar, me estrello y lo único que recuerdo, fue mi cuerpo que volaba mientras mi nave explotaba, en esas milésimas de segundos, millones de recuerdos sobre Katrina pasaron por mi cabeza, su sonrisa, su voz, sus besos, su piel y sus manos.

Debieron haber pasado horas y mi cuerpo no se movía, me sentía incompleto, asumo que todas las partes de mí están regadas por el suelo, ya me quedaban los últimos sollozos y deliraba con el nombre Katrina, las lágrimas derramaban y lo único que quería era verla a ella. Entre varias horas de delirio, se escucha una fina de voz me llamaba por mi nombre, abro los ojos y era Katrina, me levanto inmediatamente y nos abrazamos por varios minutos. Recuerdo que le dije, ¡Lo logré! Esta es la muestra de mi profundo amor a ti, sacrifiqué todo, me entregué por completo a la lucha por volverte a ver y hoy estaremos juntos como siempre lo soñé. Katrina realiza una leve expresión de tristeza y me dice lo siguiente: Silveiro escúchame, yo te he amado con todas mis fuerzas y te seguiré amando, soñar es bueno, aventurarte por lo imposible ha sido algo fantástico y admirable; pero debes entender que tú y yo somos de dos mundos distintos y hagas lo que hagas no cambiarás esta realidad; tu amor quedó demostrado, yo te esperaré cuando sea el momento, mientras tanto sigue con tus sueños y no pierdas el tiempo, tienes una oportunidad enorme en tu planeta; de repente Su silueta se fue desintegrando y logré despertar de mi sueño.

Me encontraba en un barrio peligroso de mi ciudad, mi cuerpo se encontraba tirado en la orilla de un manglar muy conocido, estaba golpeado, mi camisa ensangrentada, sin dinero; en realidad me quedé completamente sorprendido por todo lo que había pasado. En ese rato, entendí que todas esas aventuras interplanetarias, fueron simples alucinaciones producto de la borrachera que tuve esa noche y que los golpes que sufrí pudieron haberse dado en una situación de asalto. Las costillas las tenía sumamente golpeadas, mi nariz era un grifo de sangre, mi voz quebrada de tanto gritar; mientras caminaba observaba la pobreza y la desigualdad de este planeta.

Me acerco a un mendigo y le pregunto: ¿Amigo, me podría dar el camino? Él me responde: ¿Para qué quieres ir hacia el camino? ¿Acaso sabes dónde ir? En esta vida, hay gente que no tiene camino, otros están en caminos equivocados y otros están en el camino correcto pero no saben dónde van, entonces al buen entendedor pocas palabras, seguí mi rumbo y ví un nuevo amanecer.

Luego de un baño y haber curado mis heridas, decido recoger el sucio pantalón de la noche anterior, y en eso cae un amarillento papel que se me hacía familiar, lo abro y era el poema LADRÓN DE ESTRELLAS, ligeramente sonreí, y decidí seguir con mi vida.

FIN.

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