Todavía puedo escuchar aquellas risotadas y aquel alboroto de niños con pies descalzos, corriendo en aquella casa de los abuelos; y la voz inevitable de aquel tío gruñón que el ruido le molestaba, diciendo: «silencio niños «.

Al llegar la noche del viernes, cada uno de mis tíos cocinaban arroz; uno arroz con papa, otro arroz blanco, otros arroz con cebolla etcétera; acompañando de huevos cocidos. Nos sentábamos todos en sillas o en el piso de la sala a las diez de la noche a ver una telenovela y a compartir en familia… Era una sola alegría… Pero era mi familia, la que no se quedaba en casa ni siquiera los abuelos, cuando un miembro de la familia iba a participar en un torneo en la vereda.Donde yo anhelaba ver llegar la tarde y escuchar aquel cuento infantil de mi tío preferido, Alfonso…

Al llegar el sábado día de mercado, mientras el abuelo recogía la cosecha de verduras y la abuela cortaba las rosas, margaritas, gladiolos, claveles y distintas flores para llevar a la plaza de mercado; Yo me alistaba ansiosa por que iba para el pueblo… No había mayor alegría.

Hoy puedo recordar lo que nos unía: Un juego de parqués, un partido de fútbol transmitido por televisión, o simplemente un café que fuera acompañado de chistes , en una sala grande que fue testigo de tantas risotadas…

Pero no como los diciembres. Todos pintábamos la casa, con aquella música parrandera a todo volumen… Hacíamos el pesebre y compartíamos los regalos y los villancicos que no podían faltar.

Era mi familia : Mis abuelos, cinco tíos, Mi mama y yo. Unida en todo sentido…

…Hasta que llego aquel día en que una de mis tías casadas llego de visita, un viernes y mi tio preferido no quiso compartir en familia el arroz con huevo cocido y aquella novela del viernes. Pues en su mirada había tristeza pero sus palabras fueron: Estoy cansado…

Al día siguiente algo interrumpido el sueño apacible de todos. Los gritos y el llanto angustioso que fue contagiando a uno por uno de los miembros de aquella familia, los cuales evitaban a toda costa que los abuelos se enteraran de lo sucedido. Pero era inevitable, el tío menor, mi tío preferido había terminado con u vida… Cortando sus venas mientras se desangraba escribía una carta para la familia y para aquella joven que rompió su corazón, y finalmente de un disparo silencioso acabo con su vida…

Nunca imagine que todo cambiaría , aquellas risotadas habían terminado. Ya en mis tíos resaltaba el silencio de una tristeza infinita, mientras mi abuelita no dejaba de llorar en aquel cuarto que guardaba tantos recuerdos de mi tío alfonfo… donde el decidió terminar con su vida…

Todo cambio, mi abuelita al cabo del tiempo murió de pena moral. Aquella amargura creció tanto que cada uno de los habitantes de aquella casa, ya no querían habitar más en aquel lugar, mas empezaron a pelear por la finca, hasta llegar al termino de querer matarse entre ellos y mi abuelito, aquel hogar no solamente se habia convertido en mi tristeza si no también en mi miedo… en un miedo total…

Uno a uno de mis tíos se fueron huyendo finalmente quedamos mi mama, mi abuelo el cual rastrojo y la soledad hablaba solo, y yo que fui la testigo de como terminaron los sueños realizados y los sueños sin realizar, de aquellos dos ancianos que un día muy felices empezaron a abrir montaña y a construir aquel maravilloso hogar el cual nunca olvidaré Y que siempre no dejara de ser mas bonito recuerdo.


ESTA SOY YO.

MIS TÍOS, MI MAMA, MIS PRIMOS Y YO.


MI ABUELITA.

MIS ABUELOS.


…» HAY HAY DIFERENTES TIPOS DE FAMILIAS, HAY DIFERENTES FORMAS DE HACER UNA FAMILIA, PERO CUANDO EL AMOR NO PREVALECE TODO SE ACABA, LAS COSTUMBRES, LOS BUENOS ABITOS, LAS ALEGRÍAS COMPARTIDAS, LA PAZ, Y MUCHAS COSAS QUE PUEDEN MARCAR EL FUTURO DE AQUELLOS NIÑOS QUE SE CRÍAN EN AQUEL AMBIENTE E INTENTARAN LLENAR ESE VACIÓ CON LAS DROGAS Y OTROS MALOS VICIOS QUE MARCAN LA SOCIEDAD DE HOY EN DÍA «…

HISTORIA CONTADA POR MI MADRE : LILIANA MUÑOZ RODRIGUEZ






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