Diario de a bordo
Una violenta tempestad se desencadena.El viento agita las aguas y olas enruladas anegan la barcaza.
La mancha naranja pálido se abre paso en el violáceo cielo.
Ya pasó.
Y yo, feliz, saltando sobre los charcos de la cubierta con mis botas de agua.
Nota: no olvidar recoger en el tinte vestido de lentejuelas para cena con el Capitán.
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