De su último viaje, Jasón trajo consigo mil ciento treinta y tres fotos, un imán para la nevera, un platito de cerámica roja pintado a mano, una postal con dos centauras en pelotas, una picadura de Medusa y una camiseta con flecos, muy sexi, que reza Viva Almuñécar. Medea no ve el momento de que su marido vuelva a echarse a la mar.
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