Querido:
He alquilado una cabaña en un bosque anónimo, ideal para amantes fugitivos. Nadie sabe dónde vamos, y no habrá cobertura en nuestro recóndito paraíso. Este viaje será el regalo que te debo a cambio de tantos años de recibir tu protección incesante, tus poderosas caricias.
Hay un lago cerca, discreto y de aguas sosegadas. Es el lugar donde nuestros caminos habrán de separarse, el que he elegido para tu reposo.
Son nuestras bodas de plata y ya no habrá más aniversarios.
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