Levanto el colchón, pierde tierra y unas piedritas bailan a ritmo giratorio. Un ciempiés sale despavorido dándome un escalofrío. Mis padres vienen y alzamos la cama, ilumino con la linterna, vuela una vaquita de San Antonio, hay lombrices y escucho un rugido. ¡Cuidado! Dejamos caer todo del susto. Me dicen que estoy viendo cosas. Es el espíritu antes del piso; la casa y el barrio, la ciudad, el pastizal, el campo, la aldea… Nos advierte de su experiencia de no adueñarse de algo en el viaje.
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