Esa tarde, me encontraba en la silla de trabajo frente al monitor, en esta ocasión me quedé cavilando por largo tiempo, la mente me llevó a aquella hermosa playa; con un mar tan azul que se confundía con el cielo, la arena de un tono tan blanco cual copos de algodón. En ese momento entró mi esposa a la oficina y adivinó mis pensamientos; ¡estás soñando con esa playa verdad! Yo también he soñado con ella y no dejo de imaginar paseando en su arena con el sombrero azul que prometiste comprarme.

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