Cayó una lágrima en mi mejilla, resbaló, miré fijamente el reloj. Mi corazón latía muy rápido, cuanto amor y desespero. Es que el amor duele y entre más duele más cerca estás de amar. El retumbar de los rieles se escuchaba en el silencio de la noche, frío y soledad se respiraban, nostalgia envuelta en recuerdos. Mientras las gotas de lluvia caían, abordé aquel último tren que me llevaría a huir del pasado, con la mirada fija en un punto imaginario, me dejé caer bruscamente, sin importarme jamás.
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