Me hablaste tanto de La Habana, que creo que soy capaz de sentir su olor,su sabor y su color con solo cerrar los ojos. Querías que yo conociera mis raices e imaginabas que recorríamos juntas cada rincón de la ciudad en la que fuiste tan feliz con él. Soñabas con volver a ver tu mar. Pero te fuiste demasiado pronto mamá. Y ahora, mirando esta foto, soy yo la que me imagino viajando sola y buscando esa vieja barbería. Tal vez lo encuentre allí, y entonces le diré que nunca lo olvidaste.
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