– ¿Con quién te vas?
– Me voy sola.
– ¿Viajas sola? ¿No tienes miedo?
– ¿Miedo…? ¿De qué?
– No sé, de perderte…
– ¿De Perderme? Nada más ponga el pie en el suelo en un lugar en el que nunca antes he estado, ya estaré perdida… Pero esa es la clase de “pérdida” que quiero experimentar, perderme para encontrarme. Una ciudad completamente desconocida se abre ante a mí para ser descubierta. ¿Cómo puede dar eso miedo? Lo que me da miedo es no hacerlo nunca, y ese miedo tiene fácil solución.
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