Mirar las calles y sentir la vida que en ellas hubo.

Reconocer ese olor a hogar y sin más suspirar.

Hacer las trayectorias que tantas veces hemos soñado.

Sentirme allí pero estar tan lejos.

Salir y gritar que algún día pisarás el suelo sobre el que ahora descansan mis pies.

No querer crecer para poder volver a la ciudad de tus sueños, al amor que te espera, y a tu familia que aguarda.

Una vida para entender el por qué de tan solo soñar, pero soñar en mayúsculas. El afán infinito de viajar.

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