4 años, un sueño,

un colectivo, mi abuela y yo

que la veía enorme, y más bella que nunca.

Un boulevard, una estación, y luego una rotonda.

Bajo, me doy vuelta, y mi abuela, todavía arriba, alza su mano

y la puerta se cierra, y me saluda a través del vidrio, y se aleja por la ruta sin dejar de saludarme

y yo me quedo, y mis ojos lloran como nunca antes.

Y despierto.

Y mi madre yendo a buscarme, para decirme que la abuela había matado a la enfermedad

de la única forma posible

muriendo con ella.

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