Todo empezó un domingo de junio, el verano comenzaba a aventurarse, y nosotros, locos de amor o acaso de lujuria, planeábamos nuestro primer viaje juntos.
Todo tenía que ser perfecto, y lo habría sido, de no ser por aquellas fotos en el facebook.
-¡No puedo creer que arruines todo por unas simples fotos!-me gritaste lleno de furia.
Escuché el estruendo hueco de la puerta al cerrarse.
Desconozco si conservas alguna de aquellas fotografías, aquellas fotos que nunca nos hicimos junto al Sena.
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