A cada segundo parecía que todo temblaba más.
Sólo esperaba que todo acabase pronto.
Pasaron las horas y llegamos.
No me podía creer lo que estaba viendo.
Mi lugar.
Mi paraíso.
Mi deseo.
Todo eso unido frente a mis ojos.
No tenía palabras para describir cada pensamiento que ocupaba lugar en mi mente.
Por fin estaba allí.
Había trabajado mucho para llegar.
Y todo había tenido el resultado esperado.
Tenía delante de mi aquella ciudad.
Rota.
Llena de historia.
Llena de arte.
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