Tras años de espera, la incertidumbre de tu lugar de nacimiento, el cuerpo lleno de vacunas y el corazón repleto del amor más bello, espero anhelante una llamada de teléfono que de luz verde al viaje de mis sueños.

Custodio un diario de sentimientos y expectativas, sin analíticas ni ecografías ni RH + -, que expresa que eres el fruto de un deseo puro y sincero, el timón que me lleva a tu encuentro, a muchos kilómetros del que será tu hogar y el nuestro.

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