Después de leer un artículo, con la recomendación de cambiar de pareja cada cinco años, en medio de la emoción y el miedo, decidí planear un viaje. Santorini en Grecia, ya puedo sentir el olor del mar, la luz de las velas, el viento haciéndome volar el vestido.Caminar por sus angostas calles llenas de historia, la mirada del hombre que amo directo a mi escote y la suavidad de sus dedos quitándome el cabello de los labios. Tampoco dejo de pensar en lo que será, cuando ocurra.
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