DE CARA AL OLVIDÓ

Y me encontré de pronto,

A mitad de la noche,

Caminando entre las tinieblas,

De un parque a oscuras,

Parecido a las sombras,

De aquellas almas que bajo la luna lo habitan.

Aquella luna desde muy lejos,

Me regalaba una profunda mirada,

Que penetraba hasta el fondo de mi alma,

Y en cada uno de mis huesos urgaba,

En tanto que un silencio de muerte,

Cegaba de un tajo mi realidad.

Y es que de aquel soñado mundo,

En el que el amor fue un derroche,

Hoy al mirar atrás ya no quedaba nada,

De las cenizas nada se podía ahora salvar,

Porque de entre mis pálidas manos,

Ya sólo se escapaban,

Aquellos melancólicos y tristes versos,

Que ahora mi historia se atreven a contar.

Sólo se que sin querer,

Me halle en un instante y muy De pronto,

Ahogandome en las aguas negras,

De mi más ferviente terquedad,

Al querer amar a una mujer,

Que nunca al amor se supo entregar,

Y me bati cara a cara,

Con la dulce y fría muerte,

Cuando aquel amor lo perdí de vista,

Y entonces decidí buscarla,

por las calles oscuras de mi soledad,

Pero me topé de frente,

En cada esquina con su simple recuerdo,

A espaldas de su negra vida,

Y de cara a aquel olvido,

Que fue lo único que me supo dejar.

Y me perdí buscándola en mis noches,

Porque fue allí donde la aprendí a amar,

Y me consumí en los fríos besos,

De otras cuantas enmudecidas bocas,

Esperando que al cerrar los ojos,

Bebiendo de sus tiernos labios,

En un instante me volviera a encontrar,

Pero me vi de cara al olvido,

Desgarrando mi alma en el dolor,

Bajo las Aguas mansas,

Del más crudo invierno,

Que se confundió con mi mirada,

Cuando el cielo me evidenció llorar.

Fernando G. M.

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